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Voto de Sergio Berbel:
9
Drama El encuentro con un activista medioambiental y su esposa embarazada (Amanda Seyfried) radicaliza poco a poco la ideología de un pastor evangélico (Ethan Hawke), un antiguo capellán del ejército, todavía marcado por la muerte de su hijo en Irak, que dirige una pequeña iglesia en el norte del estado de Nueva York. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2021
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Una película escrita por Paul Schrader es imposible que defraude. Un par de datos para avalar mi tesis: es el guionista de “Taxi Driver” (con la que esta película tiene gran cantidad de conexiones y está emparentada expresa y absolutamente), de “La última tentación de Cristo” o de “Toro salvaje”, todas ellas del maestro Martin Scorsese. Es obvio que “El reverendo” va a tratar de un personaje atormentado de destino difuso y tendencias autodestructivas, como no podría ser de otra forma.

También brilló Schrader en la dirección con “Aflicción”. Si bien “El reverendo” no está a la altura de guión de las obras maestras de Scorsese anteriormente mencionadas, también lo es que es su mejor película como director, superior (y ello no es fácil) a “Aflicción”.

Película de ritmo lento, pausado, como debe ser toda buena descripción de un proceso de degeneración autodestructiva, con la que hay que tener mucha paciencia hasta que termina estallando en mil pedazos, muy intensa con claros ecos bergmanianos y con algún apunte a lo Haneke (incluso en algún fuera de campo como método narrativo), nos cuenta la historia de un sacerdote protestante que está al frente de una parroquia más turística que real que se prepara para celebrar sus 250 años de vida. Una parroquia que se sostiene económicamente por una asociación religiosa que consigue fondos de poderosas compañías que contaminan la zona.

Por otro lado, ese sacerdote insuperablemente interpretado por el gran Ethan Hawke en una de sus mejores interpretaciones, está sumido en una crisis personal, de salud, existencial y de fe sin precedentes, como si de un San Manuel Bueno Mártir de Unamuno se tratase.

De esa espiral de desesperación y nihilismo sólo lo saca una mujer que le pide ayuda para rescatar a su marido de una obsesión militante contra el cambio climático que algún día va a destrozar nuestro planeta con absoluta seguridad ante nuestra pasividad criminal al respecto.

Esa mujer, interpretada de forma magistral por la siempre solvente y maravillosa Amanda Seyfried, en un derroche de encarnación inquietante de su personaje por su presencia y por cómo juega con la misma, acaba siendo el único asidero del sacerdote en su deriva, una tentación en mitad del desierto a la que hay que resistirse.

Todo rodado con desasosegantes planos fijos y fueras de campo al más puro estilo Haneke, unos encuadres cuidados como si del mejor Stanley Kubrick se tratase, sabiendo jugar con la luz en todo momento para crear fría belleza en exteriores y mucho más en interiores.

Relectura en clave actual de “Taxi Driver”, cambia a un taxista por un sacerdote, y a la preocupación por la violencia en las calles por el desastre climático al que se nos ha condenado para beneficio de unos pocos, y todo ello para demostrarnos que Paul Schrader sigue en plena forma.
Sergio Berbel
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