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Voto de Sergio Berbel:
9
Comedia Un restaurante de Broadway es el centro de reunión de un grupo de actores que intercambian viejas anécdotas sobre el mundo del espectáculo. Conforme la conversación avanza, recuerdan a Danny Rose, el representante de algunos de los artistas más desastrosos del gremio, el cual, en una ocasión, llegó a jugarse la vida para relanzar la carrera de un cantante pasado de moda. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una obra aparentemente menor y bastante desconocida que se permitió entremezclar el gran genio en 1984 entre otras muy mayores y de enorme repercusión mundial, “Broadway Danny Rose”, una comedia con un cierto tinte dramático en su tramo final sobre las desventuras y lo ingrato de la profesión de representante artístico.

Casi como si se tratase de un falso documental, Allen rueda en un muy neoyorquino blanco y negro una cena entre gente del mundo del espectáculo (auténticos e interpretándose a sí mismo, de ahí esa idea de falso documental que deslizo) que narran la historia de un tal Danny Rose (interpretado por el propio Woody Allen), un absoluto perdedor que se deja la vida por los demás para finalmente nunca conseguir nada ni tan siquiera recibir agradecimientos a cambio, un representante de segunda que tiene en cartera un arsenal de artistas fracasados y que cree que puede al fin dar el pelotazo con un cantante melódico italoamericano de otros tiempos ahora que la nostalgia vuelve a vender.

Pero, para lograr que tenga una gran actuación, el cantante le encarga a Danny Rose, para que esté presente en la función, que vaya a recoger a su amante igualmente italoamericana (interpretada por Mia Farrow) y ahí comienza un periplo de desventuras con mafiosos de por medio a medio camino entra la carcajada y la media sonrisa sarcástica por el mundo despiadado de quien se deja la vida por los demás recibiendo tan solo desdén a cambio. O sea, la vida misma que tiene bastante poca gracia.

Una muy ácida y me temo que muy realista visión del show business que Allen conoce profundamente desde dentro y que acierta a reflejar incluso con algunos tintes autobiográficos incorporados. Una cinta que, cuando los USA aún no habían perdido la razón y el sentido común y atendían al cine del gran genio, nominaron al Oscar a Mejor Película y Mejor Guión en esta mirada entre divertida, nostálgica y despiadada a los entresijos del mundo del espectáculo que sigue resultando encantadora vista hoy.
Sergio Berbel
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