Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sergio Berbel:
8
Comedia. Romance Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
27 de julio de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Hablamos de una obra menor del genio (que ya de por sí es mayor que la mayor parte del cine que se rueda) pero divertidísima. Quizás la única comedia de su última época que no es más amarga que divertida, y que más directamente entronca con su peculiar humor clásico de gags. Hablamos de “A Roma con amor”, la más discreta de las cintas surgidas de su periplo europeo, pero tiernamente hilarante. Un bello homenaje alleniano a las comedias de episodios del cine italiano de la década de los sesenta.

Una película coral siempre es desigual, interesando más unas historias que otras, unos personajes que otros. Para sí mismo, el genio neoyorquino se reserva la mejor y la más divertida con diferencia. Ese misántropo norteamericano que descubre la capacidad innata para cantar ópera de su consuegro italiano en la ducha y rápidamente ve el negocio que se esconde tras semejante descubrimiento guarda algunos de los gags más divertidos de los últimos tiempos allenianos.

Siempre profundizando en las idas y venidas de las relaciones sentimentales, el triángulo que forman las maravillosas Greta Gerwig (por muy mágica que sea como actriz, yo ya siempre la quiero en la dirección tras enamorarme de su “Lady Bird” para siempre y admirarla por la mejor versión de “Mujercitas” que haya visto), Ellen Page (siempre espléndida) y Jesse Eisenberg (que suele funcionar como alter ego de Allen) es de esos que llevan el sello indeleble de Woody Allen. Ojo al papel de Alec Baldwin como consejero sentimental imaginario de Eisenberg, autohomenaje expreso a “Sueños de un seductor”.

Lo de Penélope Cruz como prostituta no tiene precio. Lo más lucido de la función. Entra en escena a revolucionar la película como ya hiciera en “Vicky Cristina Barcelona”. Sin duda, Allen sabe sacar su mejor vena cómica y la hace trascender en su faceta humorística. Esta historia de joven pareja pueblerina perdida (en todos los sentidos) en la gran ciudad, es el más expreso homenaje de Allen a la comedia italiana.

Más floja me parece la historia de Roberto Benigni (puede ser que quizás me deje llevar por mi incompatibilidad expresa con ese señor), una historia un poco tontorrona pero aunque esconde un mensaje de fondo de enorme calado.

Y luego está la dirección de fotografía, llena de colores saturados que enamoran, de nuevo en manos de Darius Khondji, directo herededero de Storaro.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow