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Voto de Sergio Berbel:
8
Thriller. Drama Un joven ciclista muere atropellado por un automóvil. El culpable huye sin dejar rastro. Pero el padre de la víctima, con el apoyo de los medios de comunicación, exige que se encuentre al responsable y se haga justicia. Una serie de hechos fortuitos y unos magistrados contaminados por la opinión pública harán que un hombre inocente se siente en el banquillo de los acusados. (FILMAFFINITY)
15 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente el tema que más obsesione a alguien que se dedica a la práctica judicial como yo es el del falso culpable. El mismo ha dado pie a soberbias obras maestras firmadas por los más grandes, desde Alfred Hitchcock (para quien constituía una de sus más grandes obsesiones) a Juan Antonio Bardem en “Muerte de un ciclista”. Y con ese delicado tema decidió debutar tras la cámara el argentino Miguel Cohan dejándonos una cinta que, sin llegar a la maestría de los anteriormente citados, sí que es una dignísima película de género, ejemplar en el tratamiento de dicha temática.

Es la historia del atropello mortal de un joven por parte de dos adolescentes, los cuales logran llevar tan bien el tema que acaba siendo acusado del homicidio imprudente un inocente. Y todo lo que ocurre después, en una historia marcada por un guión soberbio que sabe manejar las claves del noir y las elipsis de forma más que notable, consiguiendo tensionar al espectador en sesión continua de principio a fin y logrando que le importe el destino de todos los personajes.

Pero la cinta tiene una segunda parte (y una segunda lectura) aún más interesante y apasionante: el cambio físico, psicológico y moral que sufre una persona normal y corriente tras una estancia en prisión. El cambio que sabe mostrar a cámara Leonardo Sbaraglia enfrentado a esa tesitura es magistral, y el análisis y las conclusiones al respecto son muy reveladoras, siendo sin duda lo más notable de esta película, especialmente para aquellas personas que, muy erróneamente, tienen una imagen de la estancia en prisión idílica y paradisíaca. Como punto de partida para interesarse en el efecto contrario a la resocialización, la cinta de Cohan no tiene precio.

Un film que se beneficia de una dirección rigurosa y coherente, sin aspavientos y sólida, de un guión muy interesante y de unas interpretaciones soberbias, como la del propio Leonardo Sbaraglia (un dios de la interpretación que es ya por derecho propio casi un género en sí mismo) y o el siempre mágico y deslumbrante Federico Luppi en un personaje secundario muy potente.

Una cinta muy recomendable que ofrece mucho más de lo que pudiere parecer a simple vista, pues acaba siendo un film de autor apto para todos los públicos.
Sergio Berbel
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