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Voto de Sergio Berbel:
7
Drama En junio de 1971 The New York Times y The Washington Post tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos por parte del gobierno, que había durado cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses. En ese momento, Katherine Graham (Meryl Streep), primera mujer editora del Post, y el director Ben Bradlee (Tom Hanks) intentaban ... [+]
11 de abril de 2021
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Existen dos Steven Spielberg diferentes. Uno, almibarado, palomitero, familiar y hueco; otro, capaz de poner el dedo en la llaga de los grandes problemas que la humanidad aún tiene por afrontar y hacerlo con valentía e inteligencia sin renunciar a la comercialidad por ello que lleva intrínseca como marca de la casa. Cuando nos encontramos con este segundo Spielberg, ya puedes sentirte feliz en tu butaca, porque la cosa va a funcionar: estás en buenas manos, en las manos de un gran artesano que, como los clásicos directores de la época dorada de los estudios, es capaz de abordar cualquier género con estilo y profesionalidad.

Por supuesto, “The Post (Los archivos del Pentágono)” pertenece por derecho propio a este segundo grupo de películas, aunque no esté a la altura de otras muestras del Spielberg genial, dado que estamos ante un film netamente inferior a “El color púrpura”, “La lista de Schindler” o “Munich”. Era la primera vez que Spielberg se enfrentaba al género periodístico (de por sí un subgénero cinematográfico ya mucho más que consagrado), y lo hizo de forma convincente y seria, superando (desde mi personal punto de vista) al “Spotlight” de Tom McCarthy, con una apuesta más certera y precisa. A pesar de que incurre en algún devaneo con el patriotismo y el buen funcionamiento del sistema, sabe poner el dedo en la llaga para reivindicar, ahora más que nunca, la libertad de prensa.

Ha utilizado para ello sus armas más clásicas: un sólido guión, la siempre precisa música de John Williams y unos actores descomunales en su profesionalidad (Meryl Streep y Tom Hanks). Y, como siempre ocurre cuando Spielberg se toma en serio a sí mismo, una textura visual cuidada y setentera en este caso para la historia que pretende contar. Su camaleónica caligrafía visual coge tintes propios del género gracias a su habitual director de fotografía Janusz Kaminski, y su cámara clásica a ratos y nerviosa en otros (algunos planos secuencia son interesantes a la hora de transmitir tensión al espectador cual Martin Scorsese) nos traslada perfectamente a lo que es esta cinta, la precuela de “Todos los hombres del Presidente” de Alan J. Pakula, en el mismo tono e intención.

Porque hay momentos (quizás la película no pueda ser más intencionadamente actual) en que la libertad debe primar sobre la seguridad, y donde la prensa debe jugar el papel de garante de la libre difusión de la información sin cortapisas ni amenazas judiciales o gubernamentales de por medio.
Sergio Berbel
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