Todo lo que adoro en la filmografía de Isabel Coixet está ausente en la insulsa y tontorrona “Cosas que nunca te dije”, carente de alma, espíritu, una historia que contar y un tono adecuado a lo que se pretende, que nunca logra encontrarlo entre un melodrama que no emociona y una comedia que no divierte.

La autora de obras maestras fundamentales en mi vida como “Mi vida sin mí”, “La vida secreta de las palabras”, “Elegy” o “Elisa y Marcela”, sestea en guión y dirección en una cinta que no transmite absolutamente nada. Porque “Cosas que nunca te dije” pertenece a esa otra Cara B de Coixet blanda y edulcorada, innecesaria, siendo incluso inferior a “Nieva en Benidorm”, “La librería” o “Aprendiendo a conducir”.

“Cosas que nunca te dije” tiene ese aire yankee que embelesa en ella como en mi idolatrada “Mi vida sin mí”, con la que comparte algún otro elementos, como las confesiones grabadas de la protagonista y la voz en off, pero en ésta última tenía una desgarradora historia que contar y en “Cosas que nunca te dije” carece totalmente de ella.

Una discutible dirección de fotografía de Teresa Medina no ayuda a enamorarse de la propuesta, a pesar de la entrega absoluta de una actriz con mayúsculas como siempre lo es Lili Taylor (la eterna Lisa de Six Feet Under), que lo da todo para sostener la cinta y que, a la postre, acaba resultando lo único salvable de la misma.

Y todo ello para contar la historia de Don, un agente inmobiliario que dedica su tiempo libre a colaborar en el Teléfono de la Esperanza y de Ann, una chica inestable psicológicamente que no es capaz de digerir que su novio la haya dejado. Lo demás, pues eso, chica conoce chico pero todos tienen problemas… Predecible.

A pesar de que estemos ante un relato de perdedores, que son los que me apasionan, estos personajes cargados de frustraciones no me emocionan en ningún momento, ni me hacen llorar, ni reír, ni siquiera me importan a ratos porque me resultan todos ellos demasiados increíbles y ficticios para poder sentir empatía hacia los mismos.