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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama Olivia (Alexandra Jiménez), Eloy (Bruno Sevilla), Guille (Isak Férriz) y Anna (María Ribera) viajan a Berlín para visitar por sorpresa a su amigo Comas (Miki Esparbé) que cumple 35 años. Este no los recibe como ellos esperaban y durante el fin de semana sus contradicciones afloran y la amistad se pone a prueba. Juntos descubrirán que el tiempo y la distancia pueden cambiarlo todo. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando sea mayor, quiero rodar una película como “Las distancias” de Elena Trapé (o como “Las amigas de Ágata”). Hace tiempo que tengo claro que lo que el género noir ha significado para el desarrollo del cine andaluz, en el cine catalán la piedra angular ha radicado en el drama minimalista generacional. Ambas cinematografías han alcanzado la excelencia en sus respectivos géneros.

Hasta ahora, el gran paradigma del factor catalán era “Las amigas de Ágata”, pero ha llegado a hacerle la competencia una obra maestra, clásico instantáneo, como es “Las distancias”, una película sencillamente perfecta de principio a fin en su sencillez, en su honradez, en su valentía, en su acidez, en su veracidad, en su realismo, en su retrato de personajes, en sus situaciones y en su caligrafía formal, en sus acerados diálogos y tensas situaciones, siempre con primerísimos planos y fondos desenfocados…

Elena Trapé no necesita mucha premisa argumental para atraparnos de forma indeleble para el resto de nuestras vidas con un argumento minimalista: Olivia, Eloy y Guillermo (con su novia Ana) deciden volar desde Barcelona a Berlín para darle una sorpresa a su amigo Álex Comas por su cumpleaños, que reside en la ciudad alemana exiliado por cuestiones laborales, como tantos de nuestros mejores jóvenes, emigrantes sin vocación y por desesperación.

Pero desde la llegada no se sienten muy bienvenidos, porque el anfitrión resulta esquivo y huraño y es obvio que alguna tormenta personal esconde. Debe ser por ello que desaparece durante todo ese fin de semana que sus amigos van a visitarlo sin previo aviso.

Su ausencia inesperada es el vacío sobre el que gravita todo el intenso drama que está por desarrollarse, distinto para cada uno de sus protagonistas pero profundo en todos ellos.

Pero ese no es el único inconveniente que girará un finde festivo hacia uno tortuoso. Habrá más, mucho más, porque la edad ha hecho mella en el grupo de amigos y las distancias del acertadísimo título de la obra maestra de Elena Trapé ya son insuperables entre todos ellos. Lo que nos contaba de forma eterna “Las amigas de Ágata” con veinteañeras, lo hace con la misma sublime perfección “Las distancias” con treintañeros. Ambas obras cumbre de la cinematografía de este país.

Una cámara al hombro que persigue primeros planos de sus excelsos protagonistas, unos fondos desenfocados (maravillosa metáfora visual para representar la soledad y la desorientación de sus protagonistas) y un frío y sucio Berlín como telón de fondo para un drama existencial que nos cuenta el vacío que sufren los jóvenes de nuestro tiempo, desarraigados, con trabajos precarios, sin ilusión ni futuro, desencantados, descubriendo que nada de lo que habían pensado que serían sus vidas se va a cumplir, recogiendo esquirlas de sus sueños rotos.

Impagable la peripecia patética y desesperada de Eloy con la maravillosamente hortera canción alemana “Das bringt mich um” de Dean Reed.

Y todo ello dosificando la información para atrapar por el cuello al espectador hasta que se rinde ante esta obra maestra sublime, y través de un elenco actoral en estado de gracia, todos ellos (Miki Esparbé, Isak Férriz, Bruno Sevilla, María Ribera) pero, muy especialmente, Alexandra Jiménez: ella es la película y sobre ella gira todo, tanto el grupo como el guión, saliéndose en cada mirada, en cada gesto, en cada escena, reina y señora de la función, ¡y qué función!
Sergio Berbel
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