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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
2
Drama Corre el año 1566. Tras huir de la ocupación veneciana de Creta, su isla natal, el pintor Domenicos Theotocopoulos (Nick Ashton) llega a Venecia y comienza a trabajar en el estudio de Tiziano, donde pronto destaca sobre el resto de los artistas. Allí es descubierto por el Niño de Guevara (Juan Diego Botto), un sacerdote español con el que mantiene una extraña relación. Años después, el pintor se traslada a Madrid y se enamora de ... [+]
17 de enero de 2009
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es un auténtico despropósito desde el punto de vista histórico, lo cual no me parecería irritante si no fuese por el evidente afán manipulador que esconde. En todo momento se vende como una especie de biografía oficial del gran pintor cretense y no se aclara que se trata de una obra de ficción. Creo que el guión está basado en un par de novelas, una alemana y otra griega, que espero sean mejores que la película. Puede que las acotaciones históricas resulten innecesarias para alguien con un cierto grado de erudicción, pero no es el caso de la mayor parte del público, afortunadamente.

La presentación del pintor como una especie de héroe revolucionario nacionalista, a lo Garibaldi, en lugar de cómo un erudito devoto y de moral más que conservadora como fue en realidad, es para partirse de risa. Desde su llegada a España, y aun antes, se puso al servicio de la Contrarreforma, de modo que sus supuestos enfrentamientos con la Inquisición no tienen ni pies ni cabeza. Se pasa olímpicamente de cualquier consideración estética, lo cual en la biografía de un pintor ya tiene delito, y ni siquiera se hace referencia al viaje a Roma del griego, donde la contemplación de las figuras de Miguel Ángel le dejarían una huella imborrable. Sin embargo, se inventan una relación entre Tiziano y el Greco que ningún experto, que yo sepa, ha acreditado, ni por el forro. Tampoco se habla de la frustrada tentativa del griego para ponerse al servicio de Felipe II, monarca ultraconservador en lo religioso y máximo valedor de los autos de fe inquisitoriales. Claro, eso no cuadraría con el planteamiento folletinesco del film.

Lo de la amante metida a monja es para morirse. Como la propia elección del reparto. El protagonista tiene el mismo parecido con el auténtico pintor que Barak Obama con Doris Day. Y Botto está particularmente lamentable en un papel imposible. Si nos fijamos en el cuadro original, comprobaremos que el actor ideal para encarnar a Guevara hubiera sido el bueno de Ramón Trecet, ese pelma impenitente.

Por lo demás es una película académica y teatral en el sentido más peyorativo de ambos términos. Un atentado contra uno de los grandes pintores de la historia.
Shinboneniná
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