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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
1
Comedia. Drama En 1939, a punto de estallar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el extravagante Guido llega a Arezzo, en la Toscana, con la intención de abrir una librería. Allí conoce a la encantadora Dora y, a pesar de que es la prometida del fascista Rodolfo, se casa con ella y tiene un hijo. Al estallar la guerra, los tres son internados en un campo de exterminio, donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible ... [+]
21 de abril de 2011
112 de 204 usuarios han encontrado esta crítica útil
No seré yo quien condene hacer uso del humor para acercarse incluso a los temas más escabrosos. Pero el sentido del humor, al menos el que yo considero auténtico, va ligado a la inteligencia, al sentido común y siempre esconde un trasfondo crítico, con un tono a medio camino entre el cinismo y el desengaño. En cierta manera, es un acto de rebeldía, una forma de protesta contra una realidad ingrata, a menudo invencible, que se trata de doblegar, aunque solo sea dialéctica y momentáneamente. Solo los idiotas viven en una broma constante; solo los idiotas no son conscientes de cuándo una broma deja de tener gracia, si es que la ha tenido en algún momento; solo los idiotas pueden hacer una mofa tan burda, infantil y manipuladora de una tragedia como la del holocausto nazi; solo los idiotas pueden pretender que convertir un genocidio en un absurdo juego de niños mueva a la hilaridad. Pero no conozco a un solo idiota al que no le guste la pasta, y aquí viene a huevo. Pero es que además el guión es demencial, las interpretaciones vomitivas. No tengo palabras.

Muchos otros han tratado el tema del nazismo desde la óptica humorística, desde Lubitsch (brillante) hasta Chaplin (decepcionante), pasando hasta por Tarantino (irreverente). Pero ni estos tres ni los restantes se han meado en la cara de los muertos ni en la inteligencia de los espectadores. Tal vez porque los tres aludidos son personas inteligentes y los dos primeros vivieron de primera mano aquellos años oscuros. Es lamentable comprobar cómo a una notable mayoría de público le gusta la morralla pornográfica. Porque esto es pura obscenidad, está fuera de escena, de sitio, de lugar y de moral. ¿En serio que la gente puede maravillarse con este atentado al entendimiento, el buen gusto y la memoria de millones de personas? Durante años me he negado a ver esta bazofia, pero finalmente me la he tragado, casi obligado por las circunstancias, y mis peores presagios se han cumplido.

Benigni, aparte de esta mierda, ¿qué coño ha hecho? Echar una ojeada a su filmografía es correr un serio riesgo de apretón. Por lo que a mí respecta, sólo le queda una cosa por hacer: morirse. Le sugeriría un campo de concentración a pleno rendimiento, a ver si entonces llega a los mil puntos. En mi humilde opinión, que es la que valoro cuando cuelgo uno de mis comentarios, la película más sobrevalorada de la historia, y una de las más nocivas, pues banaliza de un modo impresentable un tema que únicamente a un indocumentado, a un ingenuo, o a un corrupto sin escrúpulos, puede hacerle gracia. Quiero creer que la peña peca de ingenuidad.

Si fuera judío, me cagaría en su puta madre, pero como no lo soy, le mando a este tipejo un afectuoso saludo a su caballo, el verde. Hala, a cebarse.
Shinboneniná
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