No se me ocurre otra manera de describirla, película redonda. Lo que no llegué a ver fue el escarabajo pelotero que iba empujándola. Sólo se le pueden hacer pequeños reproches, porque nadie es perfecto: para mi gusto es un poco lenta, y los tiroteos demasiado sosos. Quizá los guionistas no han sabido sacudirse el peso que supone llevar al cine una historia basada en hechos reales. Evidentemente, el influjo de Rossellini y Visconti se esconden detrás de cada plano. Pero qué tonterías estoy diciendo, si se trata de una ¿parodia?
Lo que más me sorprendió fue ver a Aíto García Reneses interpretando a un traficante de armas. El tío lo borda. Por Dios y por la Virgen ¿Cuándo demonios algún productor le va a ofrecer el papel de Homer Simpson a Paul Giamatti? Si le quitas las gafas y las barbas es la puta encarnación del badulaque de Springfield. Mónica Bellucci está que se sale. Que se le salen las peras, quiero decir. Y el pequeñín llora como un campeón. Clive Owen está genial, como siempre; lo que no sé es de dónde se saca las zanahorias. Aunque puedo imaginar que del mismo sitio del que el director sacó la idea para la película. En suma, un elenco de fábula.
Mira que me gustan las secuencias de acción, los tiroteos y los destrozos. Fíjate que tengo montones de discos de los Crüe, de Mötorhead, del canijo Angus y compañía… pero no he podido con esta película ni en el DVD. Apenas dura una hora y se me ha hecho eterna. Desde luego, todos los gustos son respetables y a cada película hay que juzgarla desde la más absoluta subjetividad, pero lo que no tiene ni medio pase es echar una ojeada a algunas críticas y comprobar como algunos individuos/as pretenden hacer lecturas trascendentes de este malhadado entretetormento. O te gusta o no te gusta, como cualquier otra película, pero que no nos hagan comulgar con ruedas de molino.