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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
6
Drama. Thriller Alemania, década de los 70: violentos atentados terroristas sacuden los cimientos de la todavía frágil democracia alemana. Los hijos radicalizados de la generación nazi, dirigidos por Andreas Baader (Moritz Bleibtreu), Ulrike Meinhof (Martina Gedeck) y Gudrun Ensslin (Johanna Wokalek) libran una guerra mortal contra lo que consideran el nuevo rostro del fascismo: el imperialismo americano respaldado por el gobierno alemán. Su objetivo ... [+]
7 de abril de 2009
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta P. Johnson cómo el campo de concentración moderno surge en la Alemania de los meses finales de la I GM, bajo la férula de Ludendorf. Y que en él se inspiraría otro criminal, Lenin, para consolidar su sangrienta revolución rusa. Mientras los bolcheviques fortalecían su estado genocida, para evitar caer en manos del peligro rojo, un cabo iluminado y también muy hijo de puta, refunda un pequeño partido que llegaría a convertirse en amo de Alemania. Un alto porcentaje de sus integrantes había sido comunista hasta comienzos de los 30, y más de la mitad de los miembros del NSDAP eran obreros. Cuando los nazis perdieron la II GM, muchos de sus hijos, niños de papá, se volvieron contra su pasado más reciente y abrazaron de nuevo ideologías igualmente asesinas, pero de izquierda. ¿Que a qué viene todo este rollo? Pues para poner de manifiesto que en cuestiones de fascismo-terrorismo, igual da derecha o izquierda, en último término todos comparten tres principios básicos: a) el fin justifica los medios b) yo tengo la razón c) o estás conmigo o estás contra mí.

Uno de los mejores ejemplos de este tipo de ideología lo constituye la pandilla de descerebrados que formaron el Rote Armee Fraktion o Banda Baader-Meinhof. Su objetivo, desestabilizar al Estado a través del terrorismo. Si tendrían pocas luces, que la Historia ha venido demostrando justo lo contrario, pero no se dieron cuenta. Es lo que tiene el fanatismo. Antiestadounidenses con toda la razón del mundo, porque Nixon era otro personaje indecente, pero también anticapitalistas de elevado nivel de vida burgués (qué raro), acabaron víctimas de sus propias contradicciones, con la encomiable colaboración del GSG 9 del gobierno alemán, que ayudó a “suicidarlos”.

La historia de esta banda criminal es la que nos cuenta Edel, en un tono documental bastante logrado, con un guión pasado de metraje y algunas interpretaciones no muy convincentes. Sorprende la descarada simpatía que adopta el director por semejante banda de asesinos, pero la película está bastante bien documentada y, sin resultar apasionante, no carece de interés.
Shinboneniná
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