Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
7
Terror. Intriga. Thriller Un matrimonio con un niño recién nacido llega a la casa que acaban de entregarles. Es una estupenda casa antigua pero totalmente reformada, y el lugar ideal para empezar una verdadera vida de familia. Antes de acostarse, la pareja comprueba el funcionamiento de el aparato de escuchas que ha instalado en el cuarto de su bebé, y que pueden controlar desde su cama. Es de última tecnología. No sólo pueden escuchar a su pequeño mientras ... [+]
9 de septiembre de 2008
29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he preferido un buen chuletón a una vulgar hamburguesa, pero si tengo que comer carne picadita procuro que al menos ésta sea de la mejor calidad posible. Si además me la dejan braseadita por fuera y jugosa por dentro, fenomenal.

Cuando ayer noche me dispuse a ver “La habitación del niño” sabía de antemano que ese día no tocaba chuletón, sino hamburguesa. Sin embargo, el binomio que aparecía en los títulos de crédito (Ibáñez Serrador & De la Iglesia), constituía un reclamo lo suficientemente sugestivo como para hacerme presagiar un ágape tan simplón como apetitoso.

Y así fue. Chicho y Álex no me decepcionaron en absoluto y me pusieron en bandeja de plata hora y media de terror elemental, directo y contundente. Sin chorradas, artificios ni trascendentalismos vacuos. Una buena muestra de ese cine patrio que tanto escasea: ése que no aspira a ser la repanocha pero que cumple y con nota. Fundamentalmente porque jiña desde un buen principio y porque consigue mantenerte enganchado a la trama mediante las pertinentes dosis de suspense y acción que necesita una peli de miedo. Ni más, ni menos. Pero eso no es todo. Ibáñez Serrador y De la Iglesia comparten ingenio y socarronería, facultades ambas que suelen aportar a sus terroríficos divertimentos un peculiar contraste de sabores que nada ni nadie logran empañar. Ni las manifiestas lagunillas de su guión, ni la mediocre interpretación de Leonor Watling, ni siquiera la esperpéntica peluca de Maria Asquerino.

Uno de esos productos hechos por encargo que, en definitiva, no avergüenzan de ver y que siguen a rajatabla el propósito de cualquier buen artesano: recabar una obra que satisfaga las expectativas de consumo del gran público y que ostente unos mínimos de calidad innegociables. Y de eso cHITCHo y Álex saben un rato. Vaya dosss...
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow