Si cualquier peli tuviera que pasar por un control antidoping, sin duda alguna “Sin City” daría positivo. La tripleta Rodríguez, Miller & Tarantino le meten tal dosis de anabolizantes gráficos a su vástago que, a la fuerza, el producto final entretiene y mola visualmente. A pesar de no ser un incondicional del comic ni de Frank Miller, debo reconocer que la peli se deja ver y hace patente la currada de sus progenitores en todo lo que hace referencia a aspectos técnicos. El efectismo de sus imágenes y ese uso abusivo, casi pornográfico, de la violencia enganchan al espectador y lo llevan en volandas durante casi todo el metraje. Sin embargo, si dejamos a un lado sus innegables virtudes digitales, su latente erotismo (Jessica Alba y Rosario Dawson están para mojar pan) y su escrupulosa estética, lo que queda es bastante precario: una nueva tentativa de cine negro fallida, un guión digno de tebeo adolescente (perdón, comic), una narración deslavazada y cargante (esa voz en off que no da ni un solo momento de tregua) y unos personajes tan planos como el encefalograma de un cadáver.

¿De culto? Jajajajajaja… Culturista, tal vez.

Para pasar el rato.