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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
4
Comedia. Romance Lee Holloway (Maggie Gyllenhaal) tiene el peor de los currículum cuando decide solicitar un empleo de secretaria en el bufete de abogados de E. Edward Grey (James Spader). Basta con decir que acaba de salir de una institución psiquiátrica y que, tan sólo un día después de volver a estar con su disfuncional familia de barrio periférico, ha recaído ya en su hábito secreto e inconfesable. Pese a que nunca en su vida ha tenido trabajo, Lee ... [+]
29 de junio de 2009
25 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me comentaba hace unos días cierta usuaria de FA que el cine erótico es un género pocho. Pocho, pocho. Cuánta razón llevaba! Analicemos los motivos.

Yo partiría de la base que este tipo de cine, como género, es prácticamente inexistente. Basta con echarle un vistazo a los epígrafes que esta misma página asigna a pelis presuntamente ‘eróticas’. Como podremos constatar, lo más habitual es que el término ‘erótico’ vaya asociado o subordinado a otro que precise con mayor rigor el verdadero género de una determinada película: thriller erótico, drama erótico,... ¿Significa eso que no existen pelis pura y genuinamente eróticas? Falso. Rotundamente, falso. Las hay, por supuesto. Lo que ocurre es que su dudosa calidad y su irrisoria trascendencia cinematográfica han malogrado inexorablemente su pretendida eclosión -digamos- artística. Y si no, fijémonos en la nota media de pelis indiscutiblemente eróticas: “Emmanuelle” (5,1), “Los burdeles de Páprika” (4,7), “Las edades de Lulú” (5,0). Todas ellas, obras de acreditados erotómanos (Jaeckin, Brass y Luna, respectivamente). Pero ninguna de ellas sobrepasa las 7 estrellas. Significativo ¿no? Mi conclusión, por consiguiente, es clara. Clarísima. A los cinéfilos de pro no les gusta el cine erótico. Les gusta el erotismo. Ya sea desde una perspectiva eminentemente cultureta (“Belle de jour”, “Eyes wide shut”) o desde la convicción de que, si bien el erotismo por sí solo puede resultar hasta tedioso, el componente erótico -bien administrado- constituye un ingrediente ideal para géneros de solvencia contrastada. Ya sea cine negro (“El cartero siempre llama dos veces”, de Bob Rafelson, “Fuego en el cuerpo”,...), thriller (“Instinto Básico”) o incluso un buen drama (“Herida”). La cuestión es que logren ponernos cardíacos a base de amores furtivos, mujeres fatales y polvos salvajes.

(sigo en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Taylor
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