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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Thriller Un inmigrante, mitad checheno y mitad ruso, llega a la comunidad islámica de Hamburgo reclamando la herencia de su padre. A partir de ese momento despierta el interés de las agencias de seguridad alemana y norteamericana, que están decididas a averiguar cuál es la verdadera identidad de ese hombre: si se trata de una víctima oprimida o de un extremista con tendencias violentas. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas no debería ser necesario explicar quién es John Le Carré ni qué clase de libros escribe, pero por si acaso, simplificando enormemente, se podría decir que es un escritor de novelas de espías opuestas a James Bond. Para Le Carré, como no se canse de decir en “La casa Rusia”, espiar es esperar y sus novelas ofrecen una visión de los servicios de espionaje más próxima a los funcionarios grises que a los superagentes de gadgetoacción. En sus libros, el espionaje es un 95% paciencia, planificación y análisis de datos y un 5% operaciones, razón por la que se le quiere (por su literatura descriptiva y realista) o se le odia (la gente cada vez lee menos y quiere que le concreten, que le lleven directamente al grano). Sea como sea, algo tendrá el agua cuando la bendicen y casi todas sus novelas acaban hecha película.

Para bien o para mal, la película es una adaptación perfecta de Le Carré. Vi “El hombre más buscado” sin saber que era la adaptación de una novela suya y sin haber leído dicha novela y durante toda la película percibía su presencia continuamente, en el detalle en la descripción de los personajes, en la falta de precipitación al describir las etapas de la investigación, en la absoluta carencia de cabos sueltos, en lo rutinaria que es muchas veces la actividad policial, en la continua tensión, así que me apunté mentalmente «tengo que mirar luego si esto es de una novela de Le Carré»… y acerté.
Como cabe esperar, sus películas (como sus novelas) no son aptas para todos los paladares. De mis dos acompañantes, uno se aburrió maniefiesta y soberanamente y el otro reconoció que, aunque le había gustado, había tenido bastante Le Carré para todo el año. Y es que así es él y parece mentira que sea capaz de generar tantísima tensión e intriga sin que haya un solo disparo en toda la película. Es capaz de provocar más expectación con una reunión semanal de seguimiento de la cuarta sección de contraespionaje que James Bond decidiendo si cortar el cable rojo o el azul. Porque Le Carré sabe dónde están los resortes del poder y por eso sus novelas describen como mata más un director con una firma que dos equipos de SEAL armados con subfusiles; como tiene más poder un oscuro supervisor controlando las cámaras de seguridad de la aduana, que Jason Bourne con un rifle de precisión; que no se puede pelear contra la burocracia; que el poder no entiende de personas individuales; que se consigue más intimidando a un testigo tocándole las teclas adecuadas, que torturándole; y, en definitiva, que el poder lo tienen los de siempre y siempre van a ganar sacrificando todos los peones que haga falta, sea justo o injusto. Y esto no siempre gusta o no siempre se entiende. Ver ciertas cosas por dentro no es plato de gusto, como tampoco lo es la desesperanza con que se abordan los temas.

A nivel cinematográfico, el gran mérito esta película es recrear el universo Le Carré sin concesiones a lo comercial. Bien por Anton Corbijn y los que le dejaron trabajar tranquilo sin exigir hacerla más paladeable (ya me entendéis: alguna teta aquí, algún disparo allá, que no muera este tío que me cae bien…), y por su atmósfera, pesada, gris, cotidiana… la acción trancurre en Hamburgo, pero podría estar pasando en Mercamadrid. Los actures, bien, superprofesionales, al servicio del equipo (mención para el desdichado Hoffman en este trabajo póstumo), incluso Rachel McAdams consigue salir por un momento de su papel corsé de enamorada simpática.

No es una película apta para todo el mundo sino que es John Le Carré en estado puro. Con eso queda todo dicho.
OsitoF
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