¿Qué hago yo, un ciudadano con un trabajo absorbente y una hipoteca por pagar (de qué si no iba yo a ser absorbido por el trabajo) viendo una cutrez como ésta? A ver como os lo cuento... Tengo un amigo que consigue y me pasa (legalmente, por supuesto) casi todas las películas que llegan a las carteleras y como de bien nacidos es ser agradecidos, lo menos que puedo hacer es verlas todas: truños infectos, obras maestras, soserías mayúsculas y películas para dsfrutar con palomitas… con el firme propósito de ver todas ellas y hacerles la crítica. Qué menos.

¿Qué criterios sigue mi amigo para adquirir películas? No sabría decirlo, nunca se lo he preguntado, pero me da la sensación de que entra en alguna página de cine, revisa las últimas novedades y cuando le suena alguien conocido (es curioso lo mucho que le resultan conocidas las actrices más bellas del panorama cinematográfico), zas, a por ella. Eso explicaría por que me he tragado hasta la última patochada de Mila Jovovich, películas desconocidas de Olivia Wilde, lo más recóndito de la filmografía de Samuel L. Jackson… y en cambio no hay manera de conseguir algo en condiciones de Nani Moretti.

En fin, “Fighting Puños...” está protagonizada por una joven promesa en ciernes, Channing Tatum, y por lo visto eso es motivo suficiente para que haya llegado a mis manos. En mi vida había oido hablar de este muchacho, pero ha sido ver esta película y recordarlo de taquillazas como “La legión del águila” o “G.I.Joe”. Al chico le queda un largo trecho para llegar a ser un Van Damme o un Jason Statham, pero apunta maneras por guapillo, peleón y cara de buena gente… siempre que pula dos detalles: a) tiene que dejar de participar en pestiños como éste (supongo que el muchacho estaría en esa fase de la vida en la que se acepta cualquier cosa con tal de dormir bajo techo y comer caliente) y b) debe quitarse esa cara de luchador sonado (una cosa es tener cara de buena gente y otra tener cara de alelao).

No hay mucho más que contar. La historia es la de un indigente con cara de pocas luces (ya digo que espero que sea cosas del guión por el bien de Channing) que se ve obligado a pelear a cambio de comida y entre medias encuentra un mentor negro, una venganza y un amor. Ya, sí, como Karate Kid. Poco más. Lo mejor es que las peleas tienen un punto amateur que le da un sorprendente toque de credibilidad que no se ve en otras películas (en serio) y lo malo todo lo demás.

Cuesta verla sin dormirse o ponerse a hacer otras. Hace algunos años, con más tiempo libre hasta la recomendaría por aquello de ver algunas peleas decentes. Hoy ya no, hay cosas mejores que hacer.