Por dar algo de contexto, he visto varias películas de la franquicia Final Fantasy (todas de animación, no sé si hay alguna con personajes de carne y hueso), pero ninguna serie ni jugado a ningún videojuego. En el plano técnico han sido todas impecables, hechas con mucha seriedad y sentido del perfeccionismo y sabiendo aprovechar las capacidades de la animación por computadora para llevar el argumento hacia un nivel superior en términos de propuestas visuales, ambientaciones majestuosas o batallas multitudinarias que serían inviables (técnica o económicamente) de otra manera. La técnica al servicio del guion y no al revés, como debe ser. Películas, en definitiva, hipnóticas que invitan a dejarte llevar y que te trasladen a otros mundos, otros tiempos y otras realidades.

En ese sentido, “Final Fantasy XV” es toda una experiencia para los sentidos y para la imaginación, que te hace sentir totalmente inmerso en una ucronía retrofuturista llena de acción, conspiraciones y luchas por el poder plagada de sorpresas y con un gran nivel literario. Su problema, el mismo que me he encontrado una y otra vez con miembros de su familia, es que requiere formar parte del universo Final Fantasy para entenderla en su totalidad a la primera. Ya no entro en si hace falta ser un friki de la marca o simplemente haber seguido un poco el tema, pero el caso es que está plagada de referencias a otros productos y da por hecho de que quien empieza a ver “Final Fantasy XV” llega con el bagaje mínimo imprescindible, por lo que te pasas la mitad de la película tratando de entender quién es quién y en qué contexto pasa lo que pasa, que cuando ya por fin empiezas a entender el rollo y saborear el producto, plaf, termina la película.

Entiendo que no es un defecto en sí misma, pero es frustrante. Te deja con ganas de más y, con suerte, te obliga a cambiar de formato y comprar el videojuego, el cómic, la serie, o lo que sea. Me pasó con “Final Fantasy: La fuerza interior” y con “Final Fantasy VII” que, encima, no tienen ninguna relación entre ellas más allá del título. Entretenida y muy bien hecha, pero no sé si compensa tanta frustración. Supongo que sí, porque no dejo de picar una y otra vez.