Con ese título (Degeneration) y sin ver a Milla Jovovic en los créditos me esperaba lo peor, la típica película de relleno con pocos medios y actores de medio pelo que se aprovecha de un título famoso para engañar a incautos (o a enfermos que se tragan cualquier cosa, como yo), así que me llevé una sorpresa cuando vi que era una película de animación. Me quedé aliviado. Siendo una peli de animación, quedaban conjurados mis temores en cuanto a actores y recursos, por lo que empecé a tener esperanzas de que, como mínimo, estuviera a la altura de la saga. A fin de cuentas, sin actores “reales” y con los medios de animación actuales, basta con una buena historia para que la película sea decente.

Y en esas estamos, “R. E. Degeneration” es decente y respetuosa con la saga… es más, va un punto más allá al no estar limitada por decorados y temas logísticos, y poder crear por ordenador escenarios colosales o centenares de zombies sin más que unas cuantas horas más de programación. Se habla muchas veces de si los actores digitales sustituirán a los de carne y hueso y yo creo que hay películas que no sólo merecería la pena planteárselo si no que lo piden a gritos.

Pero no nos vayamos de “R. E. Degeneration”. La idea es buena, pero la ejecución no tanto. Los gráficos son decentes, pero lejos de “Final Fantasy” o de algunas secuencias de fin de fase de videojuegos como “World of Warcraft”, de hecho, son descaradamente simples, como si los productores con el presupuesto delante fuesen conscientes de que no iban a estar al nivel ultraperfeccionista y decidieran quedarse voluntariamente unos cuantos niveles por detrás como diciendo “bah, la técnica no nos interesa, es la historia de fondo es lo que cuenta”. Lo que nos lleva al punto clave, lo que hace que una película de animación sea buena o simplemente decente, es decir, la historia, la trama.

Y la trama es… bueno… ni buena, ni mala… es… ¿cómo decirla?... no sé… es como muy japonesa, de corte manga que hará las delicias de los aficionados al género que no les importe dar cien mil vueltas para terminar en el mismo sitio y la sensación de que se podía haber contado lo mismo con menos parafernalia… por no hablar de los silencios, miradas y gestos en apariencia imperceptibles que sólo los entendidos en la materia podrán captar.

Resumiendo, decente, al nivel de la saga, pero no espectacular.