De todos los productos Disney, este de los más desconcertantes: un cuento de hadas con todos los tics del género pero con un argumento poco previsible como es el de la infertilidad, que es revisado para actualizarlo a las fórmulas técnicas y narrativas actuales. A ver, tampoco es que sea una revisión de “Yerma” para niños, porque de las muchas tonterías que ha hecho Disney en esa espiral de decadencia en la que ha entrado, el sadismo psicopático no es, de momento, una de ellas... pero es curioso y agradable recordar cómo hubo una época en la que la compañía era perfectamente capaz de salir de la zona de confort y tocar temas controvertidos manteniendo el espíritu, los valores y los criterios que la llevaron a la cima.

La verdad es que “La extraña vida de Timothy Green” no empieza bien. De tan fantasiosa, su premisa es complicada de arrancar y se resuelve con un párrafo facilón a la altura de esas infrapelículas de padres que intercambian su vida con hijos, chicos que se meten en el cuerpo de chicas o gente de cuerpo escultural que termina llevando una vida de gordo por culpa de un deseo mal hecho a una estrella, mear en una fuente (sic) o un calambrazo inesperado. De modo que sin mucho más genio, zas, una pareja con enormes y frustrados deseos de ser padres se encuentran con un niño mágico.

La cosa mejora luego y discurre por el habitual cauce Disney de buen rollo, buen gusto, sensibilidad, mensajes de tolerancia y muchas emociones a flor de piel en un tema tan delicado. A pesar de su naturaleza de obra menor, “La extraña vida de Timothy Green” tiene un ritmo vibrante en el que continuamente se viven situaciones intensamente conmovedoras sin perder un cierto toque aventurero. Sus tópicos se llevan con agradable naturalidad, la fantasía aterriza con buena mano en la realidad y sus sutil tono optimista y provida resulta refrescante hasta llegar a un desenlace que sí está a la altura. Si el comienzo tenía la misma lírica que el pronóstico del tiempo en el Marca, el final sí tiene un tono de poética hermosura a la altura de la firma.

De modo que, por sorpresa, de menos a más, “La extraña vida de Timothy Green” tiene material como para hacerse un hueco en la filmografia Disney. Al menos para los que tengan la oportunidad de encontrarla en algún catálogo porque, la verdad, es que no ha disfrutado de una gran campaña de promoción. Yo la buscaría.