Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Drama Otoño de 2015. Dos socorristas, Óscar (Eduard Fernández) y Gerard (Dani Rovira), viajan hasta la isla de Lesbos, en Grecia, impactados por la fotografía de un niño ahogado en las aguas del Mediterráneo. Al llegar descubren una realidad sobrecogedora: miles de personas arriesgan sus vidas cada día cruzando el mar en precarias embarcaciones y huyendo de conflictos armados. Sin embargo, nadie ejerce labores de rescate. Junto a Esther (Anna ... [+]
8 de mayo de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque al escribir las reseñas siempre trato de separar lo que es la película de los mensajes que pueda querer transmitir, no voy negar que casi nunca lo consigo y, al final, el activismo, el wokismo o los populismos se terminan reflejando en la nota final. Pero de verdad que trato de contenerme y creo que nunca termina influyendo más o menos de un punto arriba o abajo. Dos, como mucho, en casos extremos como esta “Mediterráneo” y, la verdad, es que esta vez no tengo cargo de conciencia porque tengo serias dudas de si estamos ante una película o ante un panfleto propagandístico encargado por alguna de las organizaciones supuestamente benéficas que maneja el protagonista, Oscar Camps, para blanquear su controvertida imagen o atraer inversores.

En lo puramente cinematográfico, haciendo abstracción de los nombres propios, “Mediterráneo” es una película correcta y, aparentemente, bienintencionada, que trata de remover conciencias sobre el drama de las oleadas de inmigrantes asiáticos que buscaban entrar en Europa jugándose la vida al cruzar la escasa distancia por mar que separa las costas turca y griega. Aunque el producto promete escenas de acción en tensos rescates acuáticos nunca vistas en el cine español, yo diría que no está demasiado logrado a pesar del abuso de cámaras temblorosas a ras de agua tratando de dar sensación de oleaje en un mar que, claramente, está en calma chica. Por más que los socorristas gritan y maldicen y los salvados gesticulan, el resultado no tiene más rigor que las escenas más cómicas de Pamela Anderson en “Los vigilantes de la playa”. El drama lo pone el contexto, el hacer el esfuerzo de imaginar que estamos viendo a familias desesperadas que desbordan las posibilidades de ayuda, no la técnica.

A cambio, las interpretaciones sí son muy destacables: Eduard Fernández está enorme, Sergi López muy bien y, por una vez, Dani Rovira y Anna Castillo no resultan cargantes a pesar de que incurren en los tics de siempre. También el argumento está trabajado, recubriendo el plato fuerte, los salvamentos y las muertes en el man, con aspectos burocráticos, técnicos, sociales y políticos que proporcionan una visión general bastante completa y no siempre sesgada del conflicto general.

Así las cosas, la película es de seis… si no fuese por lo que comentábamos al principio, por ese mensaje exaltador de la figura de Óscar Camps. Yo ya estoy en un punto en el que me creo bastante poco de las cosas, especialmente cuando hay dinero de por medio. Sinceramente, aunque no lo descarto, no creo que haya sido una película de encargo (como aquella de “Encontrarás dragones” sobre José María Escrivá de Balaguer) y tengo la sensación de que obedece a un afán admirativo de alguien deslumbrado por el altruismo y los valores de Camps. Lo malo es que la película está hecha sin espíritu crítico, aunque con gran talento para la propaganda: evita mostrar un personaje puro y de luz, pero convenientemente le añade un lado oscuro con elementos muy light como el perfeccionismo, la lucha para mantenerse sobrio y la cabezonería. En otras palabras, nos dibuja a un Óscar Camps noble, salvo por defectos como la firmeza o la templanza. Vamos, equidistancia impartida por Goebbels y Leni Riefenstahl.

Si bien “Mediterráneo” nos ofrece una perspectiva transversal bastante completa de lo que fue 2015, al conjunto le faltaría perspectiva temporal. Los hechos narrados fueron el embrión de lo que hoy es Open Arms una ONG dedicada al salvamento de inmigrantes en el Mediterráneo a gran escala. Parte del problema es que el concepto de ONG se ha pervertido hasta adquirir un carácter nobleza que blanquea aquello a lo que aplica y lo que simplemente quiere decir que algo es independiente de un gobierno, termina asimilándose a que no tiene ánimo de lucro, a que actúa desinteresadamente o que es algo así como un voluntariado. Nada más lejos de la realidad. En el caso de Open Arms, como tantas otras similares, firman acuerdos con Gobiernos para recompensar cada rescate, cada persona ayudada, cada buena acción… y claro, si se subvencionan estas cosas surgen intereses para que no desaparezcan.

En el caso de Open Arms, ha terminado envuelta en polémicas como la del famoso Aquarius que “rescató” gente casi en las playas de África y las llevó a Italia, cuando había puertos más cercanos, pero menos atractivos para sus ocupantes. No son los únicos, pero las prácticas son igual de similares y de sospechosas. Supuestamente “salen a patrullar” y a buscar naufragios, pero cualquiera que haya hecho un viaje por mar y haya visto la inmensidad azul que te rodea, sabe lo excepcional que es dar con algo o con alguien. Pues estos siempre que salen, se tropiezan con un naufragio o con gente a la deriva. Y también es manifiesto que el Óscar Camps muerto de hambre que nos muestra la película que sólo posee la ropa que lleva, ha terminado siendo un empresario con varias casas.

Por eso “Mediterráneo” me parece peligrosa. Entretenida y bien hecha, pero da mala espina.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow