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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Acción. Fantástico. Terror Abraham Lincoln, además de ser Presidente de los Estados Unidos, también fue un cazador de vampiros tras enterarse de que su madre murió asesinada a garras de una de esas criaturas sobrenaturales, dando pie así a una visión fresca y visceral de las sangrientas tradiciones vampíricas, imaginando a Lincoln como el más grande cazador de no-muertos de la Historia. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2013
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el mundo del cine todo es relativo y hablar de extravagancia por mezclar un personaje Histórico (con mayúsculas) como Abraham Lincoln en una delirante cacería de vampiros y brujas en la América secesionista es hacer un juicio más apresurado de lo que podría parecer. Sí, vale, a simple vista suena raruno, pero si lo contextualizamos con una noticia de actualidad como el hecho de que una auténtica puta mierda como “Juan de los Muertos” (esa fantochada cubana paradigma de cutrez y lo importante que es tener contactos en este mundo) ha ganado el premio Goya 2013 a la mejor película extranjera en lengua hispana, un Liconln cazavampiros no es más descabellado.

Además, aunque suene a coña, existe cierta base histórica en lo que se refiere a Lincoln y el manejo del hacha (que tan virtuosamente utiliza en la película para matar chupasangres), ya que por lo visto, de joven, Abraham trabajó en la construcción de ferrocarriles y desarrolló una considerable fuerza en los brazos, lo que unido a su enorme envergadura debieron de hacer de él un luchador nada despreciable. Según cuentan, cuando hacía campaña política, además de leer un discurso, hacía un número con el hacha y la sostenía por la punta del mango, como una prolongación de su brazo de manera perpendicular al cuerpo… como recordando al público que él era (o había sido) un currante.

Ni el trailer, ni el antetítulo, ni la estética engañan a nadie: “Lincoln cazador de Vampiros” no es una precuela del “Lincoln” de Spielberg, pero tampoco es una parodia absurda como las que se nos podrían ocurrir como “ZP masacrazombies”, “Cayo Lara Dredd” o “Rajoy cazador de brujas”. Simplemente es una película de ciencia ficción con buenos efectos especiales, una trama consistente, una ambientación tenebrosamente inmersiva y una dirección competente a manos del efectista e irregular Timar Bekmambetov. El bueno de Abe Lincoln, como personaje de la película, es más un guiño comercial que una coartada histórica y, por increíble que parezca, se nota el respeto con el que se trata uno de los personajes históricos más queridos de la historia de EEUU (con razón, por otro lado).

Se le pueden poner cien objeciones y mil pegas, no es una obra maestra, no es cine de autor ni intelectual, ni histórico, pero se pasa un gran rato con ella.
OsitoF
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