Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Aventuras Robin of Loxley (Taron Egerton), un cruzado curtido en mil batallas, y su comandante morisco (Jamie Foxx) se rebelan contra la corona de Inglaterra que está llena de corrupción. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra muestra más de que Robin Hood es, posiblemente, el personaje con las espaldas más anchas para soportar una y otra vez revisiones de toda catadura es esta “Robin Hood”, tan sencilla de nombre como recargada en todo lo demás. La película toma los elementos más icónicos de la leyenda (su participación en las cruzadas, su regreso al hogar expoliado, su confrontación con el Sheriff de Nottingham, sus amoríos con Marian…) y los retuerce y reordena para tratar de construir una ficción que vendría a ser una precuela del canon, ubicada temporalmente en el arco que va desde su vuelta a casa hasta su conversión en proscrito, una especie de cómo Robin de Locksley se convirtió en Robin Hood. Bueno, bah, ideas peores se han visto.

Consciente de que, a pesar de todos los intentos anteriores, no va a terminar innovando nada, “Robin Hood” trata de dejar su seña de identidad en, básicamente, el exceso y la ausencia de reglas, donde todo esté permitido si hace la película más espectacular. Ni siquiera se esfuerza en generar una ambientación medieval o lograr realismo histórico en cuanto a armas o atrezzo y yo creo que hace bien: puestos a no ser riguroso, trata de ser todo lo comercial que puedas. Así, vemos todo un arsenal de ciencia ficción con ballestas gatling o una especie de subfusil que dispara flechas que, desde luego, son un completo disparate pero en el contexto de flipe total que “Robin Hood” marca desde el minuto dos hacen que la película sea más amena. Las ciudades tampoco son más rigurosas. Los planos aéreos de Nottingham nos muestran una especie de Rivendel y las afueras parecen las minas de Mordor, todo chispas y llamaradas sin sentido propias de polígonos siderúrgicos. En cuanto a la indumentaria, es desconcertante que algunos personajes vayan de un futurismo galáctico, otros con túnicas de Carrefour, algunos de pajes de rey mago y otros, los sucios mendigos harapientos, sí tengan una caracterización aceptable. Los soldados llevan una especie de armadura antiflechas y unas máscaras de hierro tan llamativas como poco prácticas.

Así las cosas, “Robin Hood” tiene más de flipada total que de película. Yo diría que su referente es “Kingsman” y, de hecho, alardea de haber fichado a su protagonista Taron Egerton. También el tono ligero de meter continuos chistes, el mentorizaje cachondo para convertirse en arquero de élite y acrobáticos combates de uno contra cien parecen inspirados en ella. ¿Ridículo o vanguardista? Un poco de todo, posiblemente. ¿Entretenida o chuminada? Lo mismo. “Robin Hood” es la típica película cuya valoración depende mucho del estado de ánimo. Si se ve con prisas o ganas de no perder el tiempo con patochadas, es complicado no pensar en ella como una soberana estupidez. Si se ve con ganas de fiesta, la fusión del clásico con películas tan dispares como “Enemigo a las puertas”, las persecuciones a caballo por andamios imposibles, las tácticas SEAL o los arcos de repetición se deja ver con esa agradable sensación de ruido blanco que ayuda a mantener encefalograma plano.

Concretamente, a mi me hizo gracia. Me cayó simpática, quiero decir. Y aunque los agujeros de guion y las casuales conveniencias son continuas, me parece ver que el conjunto trasluce esfuerzo por no parecer simplemente un circo. Y Ben Mendesohn me gustó mucho como villano. Al final, yo creo que se merece el seis.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow