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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Drama A Earl Stone (Eastwood), un octogenario que está en quiebra, solo, y que se enfrenta a la ejecución hipotecaria de su negocio, se le ofrece un trabajo aparentemente facil: sólo requiere conducir. Pero, sin saberlo, Earl se convirte en traficante de drogas para un cártel mexicano, y pasa a estar bajo el radar del agente de la DEA Colin Bates (Cooper).
25 de abril de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente, en lo que más me fijo al valorar una película es en la historia que cuenta. Seguramente, en términos académicos eso tendrá un nombre pero yo lo llamo así: ‘la historia’. Habrá quien conciba el cine como un arte en sí mismo y las películas como un vehículo de emociones, pero para mí el cine es un medio para contar algo y entretener con eso al espectador. Por eso ‘la historia’ tiene que tener alguna clase de interés y estar bien contada. Parece obvio y hasta sencillo, pero cualquiera que se haya visto con una cámara se habrá dado cuenta de que no es tan fácil rodar la más simple de las situaciones.

Por ejemplo, te pones a grabar cosas en el cumpleaños de tu suegro pensando luego en hacer una película y cuando te pones a montar el material te das cuenta de que tienes trozos, pedazos de una historia que no hay manera de unir sin que quede el típico vídeo cuñadil lleno de hachazos, lagunas y que no cuenta nada, sólo refleja momentos sueltos. Hacer la más sencilla de las películas conlleva un enorme trabajo de preparación, de pensar las situaciones, los enfoques, los planos, las transiciones… y un enorme talento para ensamblar todo lo anterior y que fluya al ritmo correcto.

A estas alturas de la vida, con noventa años y dos Oscar, a Clint Eastwood ya se le caen las películas de los bolsillos. Ha adquirido ya un grado de competencia tal que en sus obras ya puedes dar por sentado que va a haber equilibrio y buen hacer. Nunca te vas a aburrir, ni te vas a quedar intrigado, ni vas a sentir que la película va a tompicones. En su cine, ‘la historia’ está bien contada. Queda la parte de que sea interesante, pero es raro que Eastwood se lance a hacer algo que un espectador normal no encuentre interesante, ya sea la historia de Sully, la del mejor francotirador de los SEAL o la de un viejo Ford Torino. “Mula” no es la excepción, con un abuelete que decide obtener ingresos extra traficando con droga y, sin saberlo, se convierte en uno de los objetivos números uno de las agencias policiales norteamericanas. Aunque en el fondo la historia es muy simple y hasta previsible, la elegancia en la forma de contarla y el buen gusto con el que se abordan las situaciones hace que la película mantenga un buen nivel en todo momento.

Supuestamente Eastwood se había retirado de la interpretación varias pelñiculas antes, pero supongo que no pudo resistirse a interpretar un papel hecho a su medida. De hecho, con noventa años, la expresividad no le da mucho de sí – por mucho que le aprecie y reconozca lo gran actor que ha sido, decir lo contrario es engañarse- pero su carisma está fuera de toda duda y su mirada sigue llenando la pantalla como siempre. Le sumas a eso un papel que es simpático y agradecido por naturaleza y su presencia supone un plus a la película.

A mi modo de ver, el punto débil de “Mula” que la convierte en una película menor en la carrera de Eastwood, es que el planteamiento (jubilado que se sumerge en el mundo del crimen sin quererlo) y el desarrollo (colegueo con macarras y evasión de los maderos) son muy convencionales y trillados, situaciones que nos vienen a la cabeza como ya vistas en otros sitios. De todos modos, recordemos que cualquier ‘obra menor’ de Eastwood es, como mínimo, recomendable, nada que ver con obras menores de otra gente.

Pues eso, que te pones a verla y sin darte cuenta pasas un rato entretenido y agradable. Como debe de ser.
OsitoF
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