Hagamos un poco de memoria. “Cranck” era una curiosa película en la que al siempre carismático Jason Stantham le inyectaban una droga que le mataría en cuanto dejara de segregar insulina, por lo que tenía que someter su cuerpo a todo tipo de experiencias excitantes si no quería morir. Con ese pretexto, la película nos presentaba una frenética sucesión de forzadas escenas de acción en la que mientras perseguía al malo, Jason no podía dejar de correr, pelear, follar en público o esnifar coca si no quería palmarla. Recordemos también que aquella película terminaba con Jason cayendo desde un helicóptero arrastrando al malvado en su caída.

En los primeros treinta segundos, Jason Stantham resucita. Quiero decir, cae del helicóptero, se da la gran hostia contra un coche, rebota, cae al suelo y sigue viviendo… lo que nos confirma que esta película no es del tipo “Mar adentro” y supone toda una declaración de intenciones de lo que nos vamos a encontrar a continuación. No me paré a ver quien dirige el cotarro, pero su modus operandi está claro: lo mismo que “Cranck” pero más cantidad, más duración y que parezca dirigido por Robert Rodríguez… en la primera parte le ponen una droga que le afecta al corazón, pues en la segunda le quitan el corazón por completo; en la primera tiene que hostiar a tres o cuatro pandillas; aquí hostia a seis u ocho más numerosas y con pintas más chungas; en la primera echa un polvo en medio de la calle, aquí lo hace en medio de un estadio; en la primera se ven unas tetas, aquí se ven varios pares, algún culo y varios genitales pixelados; en la primera el malo era un nota; aquí es un descojone…Y ya digo que todo dirigido hacia una puesta en escena parecida a “Machete”, con una exageración rayana en lo hortera, de la que Robert Rodríguez se sentiría orgulloso.

Poca originalidad, mucha caradura, mucha pelea vacía, poca clase, muchas frases chulescas de Bruce Willis y mucho tiroteo sin sentido, con continuos guiños y referencias a unos hipotéticos seguidores de la primera parte que dudo mucho que existan. Supongo que no soy nadie para juzgar lo que hace cada uno con su dinero y con su tiempo, pero “Cranck 2” entra en mi categoría de películas-timo que si fuera española diría que solo pretende trincar alguna subvención. Desconozco los motivos para rodarla, porque no me imagino a nadie que haya visto la primera parte que se haya quedado con ganas de ver una continuación, pagar por una continuación o simplemente dedicar tiempo libre a ver esta continuación.