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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Comedia Año 2018. Torrente sale de la cárcel, y se encuentra aturdido ante una España convulsa y dividida. Debe encontrar respuestas en su interior para despejar su confusión, y por ello decide convertirse en un "fuera de la ley". Así que se propone atracar un casino con una banda de incompetentes. A través de un contacto de su estancia en prisión, localiza a John Marshall, la persona que se ocupó de supervisar la seguridad cuando se planificó ... [+]
27 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un fenómeno paradójico que suele pasar en las franquicias cinematográficas cuando sobrepasan, como producto, la fase de madurez y entran en la de decadencia: por más que se invierta, por más que se innove, por más que cada película salga mejor en términos de calidad que la anterior, los resultados son cada vez más raquíticos. Y eso que Santiago Segura es, como productor, de los más listos de España, siempre atento a las tendencias y reinventándose a sí mismo, pero con esta quinta entrega de la saga Torrente lo tuvo realmente complicado. Siempre había dicho (y es de esas personas que se han ganado su credibilidad) que él seguiría haciendo Torrentes mientras el público lo demandara, pero esta vez se percibían síntomas de agotamiento tanto a nivel personal, con un personaje que pasa factura en lo físico, como en lo social, con un público que seguía dejándose sus ocho euros de entrada para asistir a su habitual parada de monstruos pero ya más por la rutina que por la película en sí.

A otro productor menos escrupuloso le hubiesen dado más igual los motivos mientras la gente se siguiese dejando el dinero y hubiese continuado con películas sin contenido pero con abundancia de cameos y groserías, pero Segura tiene la fortuna de contar con talento para buscar otras fórmulas para hacer cine rentable que le satisfaga en lo profesional. Recuerdo sus entrevistas promocionales en 2014 y me dio la sensación de que Segura percibía que la piscina tenía agua como para lanzarse a otra torrentada, pero tampoco estaba la alberca del todo llena. Más bien por la mitad, quizá algo más. Apenas hablaba del personaje, se refería continuamente a la entrega como ‘producto’ y tenía presente en todo momento a los fans, como si sintiera que les debía una última entrega a modo de cierre y que era mejor hacerla ahora, antes de que el nivel del agua en la piscina siguiese bajando.

Como nos tiene acostumbrados, Segura pone toda su cabeza y todo su corazón en esta “Torrente 5”. No es la magistral, oscura y artesanal “Torrente, el brazo tonto de la ley” con la que se dió a conocer en 1998 sino que sigue la línea comercial que inició con “Torrente 2” a base de cameos y sketches soeces, pero está bastante más pulida que las últimas entregas. Además de traer a Alec Baldwin, consigue hilar una trama en la que dar cabida a todos sus amiguetes manteniendo la apariencia de cine y no de un especial de Jose Mota. Con todo, no deja de ser lo mismo de siempre, pero tampoco engaña a nadie: una granja de memes para sus fans y un bodrio para los que no tragan al personaje o a su creador. Para mí, que no soy ni una cosa ni otra, se me hizo muy pesada. Más simpática que divertida, pero pesada.

Si de verdad es la última entrega, se merece un pase por lo que ha representado la saga al mundo del cine español que, digan lo que digan, ha sido mucho. Ha abierto muchas puertas, ha dejado entrar un poco de aire y ha demostrado que se puede hacer cine rentable sin más que pensar y respetar al espectador. Cuando digo que espero que sea realmente el final de la franquicia, no lo digo como algo peyorativo, sino porque creo que ha alcanzando su techo y solo puede perder crédito. O a lo mejor, no...
OsitoF
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