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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Bélico Año 2001. Poco después de los atentados del 11-S, un equipo de soldados de élite de las Fuerzas Especiales une sus fuerzas con la Alianza del Norte de Afganistán para derrotar a los talibanes, gobernantes del país. Tras conseguir introducirse en secreto en territorio afgano, este grupo de hombres, encabezado por Mitch Nelson (Chris Hemsworth), será el encargado de poner en práctica una peligrosa misión. En las escarpadas montañas ... [+]
10 de octubre de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jamás hubiese dicho que una película de guerra con presupuesto abundante, ganas de hacerlo bien, un reparto notable y ambientada en una de las operaciones militares más audaz y poco conocida pudiera decepcionarme como lo ha hecho esta “12 valientes”.Sí, la he valorado como ‘Interesante’, con una nota de seis que ya quisieran muchas, pero es más por pura afición a un género al que siempre tiendo a ver con buenos ojos y porque, también es cierto, no carece de virtudes. Mi decepción va más en la línea de que con unos pocos retoques, podría haber dado mucho más de sí.

De hecho, empecemos por lo bueno. “12 valientes” ubica correctamente la acción en su contexto geográfico temporal (2001), politico (justo tras los atentados de Nueva York) y geográfico (las montañas afganas) de modo que cualquiera, aficionados o no a la geopolitica, aficionados o no a los temas militares, sepan de qué estamos hablando. También se preocupa de realizar una aproximación a los protagonistas a través de sus familias para que entendamos los motivos por los que luchan y los peajes que pagan en lo personal aquellos que constituyen la primera línea de defensa contra el terror, muchas veces de manera infravalorada. Es únicamente un cuarto de hora, pero muy bien aprovechado, todo lo que cuenta es relevante y sin caer en sentimentalismo barato o eslóganes de bandera.

La acción se traslada a Afganistán y, nuevamente, como quien no quiere la cosa, el espectador recibe una amplia explicación estratégica de cómo se va a afrontar la guerra, el papel que van a jugar los doce protagonistas de las Fuerzas Especiales y los desafíos a los que se tendrán que enfrentar. Y no, no se hace con un powerpoint ni con un bajonazo de ritmo, las explicaciones fluyen mediante conversaciones estudiadas para proporcionar toda la información respetando las convenciones del cine. Empieza el turrón, los comandos se desplazan al terreno contactan con los aliados afganos… y la cosa sigue funcionando. El material que usan es realista, el atrezzo de unos y otros es correcto y, sobre todo, se nota que han ido a rodar a alguna parte con montañas de verdad, con nieve de verdad, con canchales de roca de verdad, no esos escenarios de California con colinas bajas donde se ambientan tantas series y películas contra los talibanes.

Si en lo estratégico, en la visión global, todo marcha bien, los problemas aparecen, digamos, en lo táctico, al aterrizar los planes a cosas concretas sobre el terreno. Al escenificar los combates y las batallas concretas. Se sataniza al enemigo talibán hasta la caricatura, como si no se confiara en que un espectador medio pueda ser suficientemente inteligente o estar suficientemente documentado para saber lo mal bicho que era (y es) esa gente. Hay que personalizar al mal en un Mullah de rasgos exageradamente morunos matando a madres por enseñar a leer a sus hijas y cometiendo toda clase de perrerías, como si de otra manera no pudiésemos justificar que todo el poder militar americano cayera sobre los antiguos muyahidines.

Y los enfrentamientos están rodados con planteamientos del siglo pasado, en el que los americanos aciertan siempre que disparan, aunque no apunten y los talibanes no aciertan ni aunque disparen a quemarropa. Las granadas de unos son como petardos con un radio de acción mínimo, las de otros son minibombas atómicas. Las tácticas talibanes son un despropósito colocando sus tanques y vehículos en primera línea, sin cobertura, al alcance de cualquiera, en lugar de apoyar a una infantería que espera la muerte al descubierto. No sé, si no había medios o faltaba talento o no se disponía de asesores militares, no metas tiroteos. Una buena pelicula de guerra no tiene necesariamente que tener bombas, metralla o sangre, todo eso se puede compensar con una buena narración y una buena ambientación, pero si lo haces, hay que hacerlo bien.

Como dije al principio, “12 valientes” narra una de las mayores hazañas bélicas, de las que cambiaron los conceptos de la guerra. En lugar de mandar grandes unidades militares a un terreno inaccesible y un enemigo poco claro en un marco confuso, el mando de EEUU utilizó a los rebeldes afganos enemistados con los talibanes como infantería de choque mientras especialistas de sus Fuerzas Especiales proporcionaban apoyo aéreo señalando blancos a una casi permanente cobertura de bombarderos. La verdad es que puede sonar poco glamuroso, pero fue revolucionario en su momento. Y sumamente efectivo aunque en pantalla puede quedar un poco simple, rutinario y aburrido. “12 valientes” toma la decisión, equivocada en mi opinión, de adornar el tema para hacerlo más comercial. Por eso se toma la libertad de escenificar cargas a caballo contra los tanques o mostrar a los americanos acercándose más de la cuenta (y de lo necesario) al enemigo para justificar tiroteos y enfrentamientos cara a cara que nunca tuvieron lugar. Licencias que van más allá de lo narrativo y entran en la astracanada, en un western afgano con talibanes en lugar de pieles rojas.

Al final se pasa de épica con interminables tiroteos que nadie se cree ni en el fondo ni en la forma. Decepcionante. No se pasa un mal rato, pero decepciona.
OsitoF
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