Comedia de colegas, amoríos peligrosos, atracos perfectos y mafiosos rencorosos, pero desde un punto de vista surcoreano. Siendo sinceros, no aporta gran cosa y, al principio, cuesta adaptarse a un reparto desconocido por estos lares, a un humor más gestual y a unos chistes inexplicables (salvo para fieles del K-pop)...pero se va dejando querer a medida que avanza la película y nos sumerge en el exotismo de las ciudades orientales y la curiosa forma (para nuestros ojos occidentales) que tienen de ver las cosas, su escala de valores y su forma de afrontar las adversidades. Es más, llega el final y, sorprendentemente, no sólo no nos hemos perdida nada a pesar de los impronunciables nombres, topónimos o gentilicios sino que nos conocemos a toda la banda y a los principales malhechores, es decir, que “El gran golpe” sabe contar una historia y que se haga amena. No es que sus gags sean descojonantes, pero sabe construir situaciones simpáticas que arrancan sonrisas.

Un par de niveles por debajo de “Ocean’s Eleven” y secuelas, pero juega en la misma liga que muchas comedias occidentales tipo “Un plan brillante”, “Un gole de altura” y similares. Más que decente. Y entrañable.