Pues una más y van… ¿veinte? ¿cuarenta? películas que consisten en varias tramas aparentemente paralelas, protagonizadas cada una por entre uno y cuatro actores razonablemente conocidos, unidas entre sí por un tema central y que al final se van juntando unas con otras mediante sucesivas casualidades y conveniencias de guion (resulta que al final se revela que Pepito de la trama A era el jardinero de Manolita de la trama B y Susanita de la trama A-prima fue el amor de verano de Adolfito de la trama D) que suelen generar buenas vibraciones entre el público porque da la sensación de que toda la película obedecía al plan maestro de una supermente del cine. Y puede que así fuese la primera, la segunda y puede que hasta la tercera vez que vimos este formato (Robert Altman era un experto) pero a estas alturas quedan pocas dudas de que la gran mayoría de las productoras tienen una aplicación en la que se introducen los diez o quince actores que tengas disponibles, cinco localizaciones y un tema central y la web te devuelve el esqueleto de un guion.

Como es evidente, el eje central de la película es la noche de fin de año y lo más destacable de esta “Noche de fin de año” es que han conseguido reunir a un número mayor de caras conocidas de lo habitual. Es verdad que no hay nadie que se pueda considerar top-3, pero el diseñador de la carátula se las ha tenido que ver y desear para juntar hasta dieciocho (¡dieciocho!) protagonistas que no bajarían del siete en una supuesta escala de popularidad. También el número de tramas que mueve la película es considerable, entre cinco y seis, aunque casi todas son descaradamente genéricas y valdrían para una obra sobre San Valentín o sobre las Fiesta de la Virgen del Pilar.

Artísticamente pobre y de desarrollos previsibles, pero como suele pasar en estos casos, termina despertando la curiosidad por ver qué se les ha ocurrido para las revelaciones finales. Como de costumbre, generan cierta sorpresa y los personajes se terminan haciendo simpáticos en un ambiente desprovisto de maldad o sustos y con algún cameo sorpresa. Así las cosas, es una película que lo normal es que deje buen cuerpo (al fin y al cabo calidad y sensaciones no siempre van de la mano).