“Tú la llevas” es de esas películas que posiblemente sólo tienen sentido desde una óptica norteamericana y que no se puede ver sin la mente abierta y la pilas cargadas de empatía. Para ponerla en contexto, porque esto es importante, es como aquella película de Ben Stiller y Vince Vaughn llamada “Cuestión de pelotas” ambientada en el mundo del brilé profesional (así le llamaban en mi pueblo al juego ese de dos equipos que se tiran pelotas y se van eliminando a los que reciben balonazos, salvo que consigan agarrar la bola antes, aunque recibe otros muchos nombres, como ‘balón prisionero’). A la gran mayoría de españoles, esa película nos pareció que reflejaba un hipotético deporte de ciencia ficción, cuando resulta que en América es un deporte de verdad ya que allí todo deporte o afición, por minoritaria que sea, tiene sus cientos de miles de seguidores (la petanca congrega allí a más americanos delante de la tele, que españoles ven la liga ACB de baloncesto).

Pues con “Tú la llevas” pasa algo parecido. Dice que está basada en hecho reales y cuenta que cada año, unos amiguetes de EEUU se toman unas semanas sabáticas para jugar al ‘Tú la llevas’ en plan comando, extremo, recorriendo el país y haciendo sacrificios familiares con el fin de evadirse de sus vidas y volver a ser niños durante unos días o semanas. ¿A que a simple vista cuesta decidir qué es lo más ridículo de todo eso? ¿Lo de gastarse una pasta en aviones (no hablamos de amigos que viven uno en Móstoles, otro en Getafe y otro en Vallecas)? ¿Lo de que tu pareja te deje que la dejes en casa en vacaciones mientras te vas de pingo? ¿El juego en sÍ? ¿Dedicar semanas (¡semanas!) a la cosa esta? Pues aquí está la clave de todo: si consigues pensar en la película como una comedia, aparecen gags interesantes y no sientes que pierdes el tiempo. Por el contrario, si vencen los prejuicios y no dejas de pensar que todo es una gigantesca patochada es complicado pasar del minuto diez.

Como consejo para el montaje del director, yo remarcaría lo de “basado en hechos reales” varias veces y con tipografía potente durante los créditos ANTES de la película. Conocer eso es un factor clave y si lo dejas para el final puede que más de uno se quede por el camino.