“Si de verdad quieres…” no es la película que uno se llevaría a una isla desierta, pero su alma de telefilm la hace muy apropiada para ver en un avión, ya que se puede seguir perfectamente con el ruido de cabina y en tablet de 10 pulgadas, o una tarde de lluvia en la que te has quedado sin plan y pones en la tele lo que sea mientras meditas qué hacer. Además de que siempre es agradable ver actuar a Meryl Streep, Steve Carrell y Tommy Lee Jones, la película es una excepción a la regla de que el que mucho abarca, poco aprieta. “Si de verdad quieres…” toca palos como la comedia, el drama, el romance o la psicología y, si bien no destaca en ninguno, sí consigue mantenerlos a todos controlados y cohesionados aportando al conjunto.

Aunque la película no deja de ser un conjunto perfectamente conocido y ya bastante trillado de situaciones conflictivas en el marco de las relaciones de pareja a partir cierta edad (la rutina, la pérdida de apetito amoroso, reproches pasados enquistados…), su tratamiento es realista, discreto, con buen gusto y unas escenas se van enlazando con otras de manera ágil y bien llevada, dentro de una factura sencilla pero elegante que sabe ubicar cada escena en entorno más apropiado para sacarle el mayor partido y terminar dibujando un cuadro global interesante.

No es desternillante, pero se hace simpática; no es lacrimógena, pero tiene momentos conmovedores; no tiene diálogos inspiradores, pero da que pensar; no hay acción, pero entretiene y todo el rato están pasando cosas. Eso sí, donde sin duda “Si de verdad quieres…” sale realmente ganando es al constatar que estás delante de un producto con clase y te pones a pensar qué chabacanadas habrían perpetrado (y han perpetrado) otros directores con el mismo material.