“The Town, ciudad de ladrones” se refiere a Charlestown, un barrio de Boston donde, según parece, se concentra el mayor número de atracadores por habitante del mundo (o de EEUU, no me quedó claro) y el robar bancos y furgones es una especie de negocio familiar que se hereda de padres a hijos. En ese ambiente se desarrolla esta película sobre unos hermanos heladeros que buscan la fórmula perfecta para un cornete bajo en grasas y azúcares pero con todo su sabor, de modo que los niños puedan seguir zampando helados sin preocuparse por la obesidad infantil.

Nah, es broma. Una cosa es ser originales y otra hacer el canelo. “The Town” es una película de atracadores y de agentes federales que les persiguen y no le hace falta ninguna revolución para ser buena. Tiene un reparto potente en los personajes principales y en muchos de los secundarios, con un Ben Affleck en plena forma a la cabeza, cuando sus problemas de adicción no habían empezado o no le habían pasado tanta factura. Además dirige y coescribe el guión, logrando una factura parecida a la de “El indomable Will Hunting” con la que tocó el cielo. Sí, “The town” es una película de polis y ladrones (a falta de un tecnicismo mejor, que seguramente exista en el argot profesional) pero también es un descenso a los barrios más desfavorecidos de Boston, los que no salen en las guías de viaje ni en las películas de abogados (es el otro género en el que suele salir esta ciudad). Y también es una historia de ese amor imposible que se sabe condenado desde el principio, pero contra el que no se puede luchar.

Además de su buena realización, la película destaca por ritmo. Te atrapa y te mantiene en tensión todo el metraje, con picos de adrenalina en unas espectaculares escenas de acción coreografiadas con mucho realismo. Persecuciones, peleas y tiroteos son inmersivos, rodados de esa manera que te mete a pocos centímetros de la acción y donde la gente usa las armas de la manera que se espera, con mucha profesionalidad. Luego hay también un atractivo y complejo juego de relaciones entre unos personajes sólidos, coherentes y bien construidos, de los que quieres que ganen todos, los buenos, los malos y los no tan buenos. Una especie de “Heat” pero con personalidad propia, con sus muchas virtudes y algún defecto.

Muy intensa y sorprendente, no sabes por donde va a salir y en todo momento es entretenida. En los últimos tiempos, por diversos motivos, Ben Affleck ha sido objeto de numerosas campañas hater (por algún inexplicable motivo no le perdonan que haya hecho de Batman (?)), pero aquí hace un gran trabajo a todos los niveles. Se merece que se lo reconozcamos.