Algo tiene esta película que parece la misma comedia romántica de enredo de siempre pero al final te deja una sensación de haber visto algo diferente. Supongo que es de esa clase de películas que no se valoran de entrada del mismo modo que no ponemos en valor lo bien que se viaja en tren hasta que no intentas teclear en un portátil cuando vas subido a un autobús por la mierda de carreteras que tenemos.

Los ingredientes son lo siempre: una chica perfecta (aunque ella es la única que hace como que no lo sabe) enamorada del chico perfecto, el chico perfecto a punto de casarse con la mejor amiga de la chica, un simpático chico muy mono que es el confidente de la chica y un chico salido que es el mejor amigo del chico perfecto. Aunque con esos mimbres el argumento pueda resultar relativamente previsible, el desarrollo contiene ciertas cantidades de incertidumbre y de giros sorpresa como para que no tengamos claro hasta el último momento en qué acabará la cosa. Es como si a cada uno de los lugares comunes por lo que la película tiene que pasar fuese dotado de la dosis de realidad necesaria como para que nos parezca lógico, consistente o incluso familiar. De ese modo, pasamos de la típica estructura introducción, flirteo, comedia, drama, separación, vuelta (o no) y final (feliz o no) a una secuencia de acontecimientos cada uno con su carga de comedia y de drama que nos condice a un final en el que todo puede pasar.

Tampoco penséis que esta película es un cúmulo de sorpresas que devienen en la respuesta definitiva a todas las preguntas sobre el amor, pero sí resulta fácil de ver e, incluso, puede dar lugar a interesantes debates sobre la opinión que despiertan los comportamientos de este o aquel personaje. Muy correcta en todos los aspectos y con un reparto muy ameno que combina experiencia y juventud, presente y futuro, estrellas y desconocidos de manera convincente... eso sí alguno (John Kosiscki) debería empezar a pensar en desencasillarse con algún thirller o drama bélico.