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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Comedia Un rapero intenta volver a juntar a su ex-banda de música de cuando era joven. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas, sobre todo en el género de la comedia, que polarizan al espectador entre los que las aman y las detestan, sin término medio. Entre los que se descojonan una y otra vez aunque las vean cientos de veces y los que miran con extrañeza a los anteriores pensando si han visto la misma película. Me viene a la cabeza el caso de “Zoolander” con la que he tenido – y tengo- continuas discusiones en el trabajo o con los amigos. Es curioso, porque de una manera u otra todo el mundo se acuerda de ella y basta con mencionarla para que unos y otros salten con un «buenísima» o un «vaya puta mierda» sin término medio, como si fuese el paradigma del buen rollo para unos y lo contrario al humor para otros.

Con “Popstar” va camino de pasarme lo mismo. Yo la veo como una fina parodia llena de gags sólidos a prueba de tristes y gente con la que comparto afinidad cinematográfica la pone verde y le ha puesto un uno. Honestamente, yo me he descojonado más de una vez y más de dos con los puntazos de esta película y sigo entrando de vez en cuando en youtube a buscar esos momentos que yo considero ya antología de la comedia (esas escenas de “I’m so humble”, “Mona Lisa” o el memorable “Finest girl / Bin Laden song”. En términos técnicos, es verdad que el formato elegido, el de un falso documental – que me he enterado de que por lo visto tiene un nombre: mockumental - con el que se parodia un tema, en este caso el mundo de las estrellas musicales, está ya un poco desgastado y se le puede acusar de facilón, ya que te permite centrarte en sembrar y crear sketches sin preocuparte por las transiciones ni la continuidad.

Me explico. En una comedia al uso, para ir del gag A al gag B tienes que crear un entramado de escenas para que la cosa fluya con naturalidad, sin hachazos, y que el espectador sienta que está viendo una película y no un especial de José Mota. Eso implica más trabajo, porque las secuencias deben ser entretenidas – para mantener el nivel entre chiste y chiste- y encajar con los gags, lo que viene a suponer hacer dos películas: la comedia y la que soporta la comedia. El mockumental no está sujeto a ese corsé; como se supone que es el producto bruto de todo lo que se ha rodado al seguir – en el caso concreto de “Popstar” – a una estrella de la MTV, está justificado que cada pedazo de grabación sea independiente de todo lo anterior y los gags se pueden meter donde se considere que harán más daño.

Pero si en sentido académico se le pueden poner mil pegas y crítica, como comedia funciona estupendamente. Los sketches son buenos y Andy Samberg tiene un don para el humor. Es el típico tío que tiene un aura cómica innata y te estás riendo en cuanto sale en escena. Además, el tema elegido, el panorama musical actual y sus estrellitas, es terreno abonado para la parodia. Aunque la idea central sea la de exagerar y ridiculizar los comportamientos extravagantes de muchas figuras actuales, también hay una crítica cachonda al espectador actual que consume lo que le echen si viene avalado por las redes sociales o por los referentes ideológicos musicales (los cuarenta, la MTV…). La película se ríe de los Maluma – es un suponer- y los seguidores de Maluma que se tragarían cualquier cosa de Maluma independientemente de su calidad, solo por el hecho de venir firmado por Maluma. Las bromas son gamberras, pero de buen gusto, ni van a hacer sangre ni van a lo escatológico, son parodia e ironía del postureo que rodea a las estrellas y su sobredimensionamiento. Es de agradecer ver a algunas de esas estrellas que han entrado en el rollo y salen riéndose de sí mismas lo que da a entender que ni la película es un truño ni su humor es ofensivo.

En fin, una comedia donde el humor es un medio y un fin, sin más pretensiones que hacer reír. Yo conecté en seguida y la recomiendo. Mi valoración sería de 6.5 y si no le pongo un 7 es porque creo que el formato de falso documental da como para una hora de película antes de terminar cansando y hacerse un poco pesado. El hecho de que no deje indiferente a nadie, para bien y para mal, también puede ser cosa del estado de ánimo con el que se vea. Puede resultar un poco confusa de entrada, así que si no te pilla con la mente abierta y despejada es posible despreciarla o aborrecerla sin darle una oportunidad de desplegar su virtudes.
OsitoF
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