Una de las contradicciones de Annabelle vuelve a casa es que hay buen material, pero no se desarrolla su potencial.

El desencadenante de la trama tiene lugar cuando una de las protagonistas se cuela en la habitación de artefactos malditos de los Warren, liberando a Annabelle pero además interactuando con varios de los objetos, que a su vez provoca la manifestación de varios entes y espíritus, se entiende que potenciados por Annabelle como conducto.

A lo largo de la saga se da a entender que esta sala y sus artefactos son posiblemente uno de los lugares más peligrosos que existen. Pero esto no se traslada al metraje. Sí, hay manifestaciones, amagos de ataques, etc. Pero nunca tienes realmente la sensación de que los protagonistas corran un peligro real en buena parte del metraje. Durante media película la chica se queda encerrada en dicha habitación, y excepto algún susto, no le pasa nada, y eso resta mucha fuerza porque de verdad que sólo el ambiente opresivo de dicha sala haría pensar que nadie en su sano juicio podría sobrevivir una noche entera ahí.

El resto del metraje se apoya en las manifestaciones de varios espíritus y manifestaciones que además son relativamente conocidas (el barquero, se entiende que Caronte, el Black Shuck, aunque parece más el hombre lobo mezclado con otro folklore, y la novia ensangrentada). Aunque parezca increíble, muchas de las situaciones no pasan de meros sustos, lo que desconcierta bastante considerando el caché de algunas de estas manifestaciones.

Dada la gravedad de los acontecimientos, el que esta entrega sea más orientada a adolescentes hace un contrapunto un poco raro. Es como si vieras Noche en el Museo pero más tétrico. O la clásica Una Pandilla Alucinante, pero con mucho menos tiempo para desarrollar los personajes, porque además todo ocurre durante una sola noche, lo que constriñe considerablemente cualquier clímax.

Si te interesa ver todo lo que rodea el universo de Expediente Warren, es aceptable, pero es mejor no esperar demasiado de ella. Por lo menos si lo que esperas es una historia escalofriante.