Me parece que para esta crítica debo partir de la base de dejar absolutamente claro que no hay nadie que disfrute más de lo políticamente incorrecto que yo. El problema es que la fiesta de las salchichas se sale de madre a tales niveles, que no es políticamente incorrecta; es vulgar, obscena, repetitiva y con unos clichés que no hay quien se los fume. Una película sustentada en humor pajillero adolescente, lenguaje inadecuado constante que llega a aburrir hasta a las ovejas y una perspectiva tan estrecha de miras y de un calibre tan crítico y taimado del mundo que me parece hasta insultante.

Cuando empecé a verla, esperaba ver algo parecido a lo que disfrutamos en Ted (aquel oso de peluche tan mono, irreverente y soez) y por lo menos, reírme de la forma en la que lo hice en el comienzo de aquella película. El problema de la fiesta de las salchichas es que no me hizo reír ni una sola vez. Hay ciertos guiños que me pueden parecer graciosos, y hasta puedo tolerar que el concepto es innovador.

Pero, hasta ahí. Hemos confundido el humor irreverente con la más absoluta vulgaridad, porque es lo que vamos a sacar de estos 89 minutos de mi vida que jamás recuperaré. Y está la vida como para malgastarla. Tiene un arranque interesante (incluso cantando, válgame dios como nos gusta la animación cantada) para luego meter una historia que no da de sí a capón y tratando de cerrar con lo que más vende en este mundo: el sexo. ¿Aún, a estas alturas de nuestras vidas seguimos siendo tan jodidamente simples que sí nos dan lo que nos han dado de cierre nos vuelve locos? Volvamos a nuestras cuevas.

Qué locura, qué alboroto, sexo por doquier. ¿En serio vamos a troncharnos por esta clase de burradas, como sí fuesemos aún adolescentes más salidos que el pico de una mesa? Porque es que esta película no apela a más que ese estadio de nuestras vidas, amigos.

Mal, muy mal. Y más cuando nos han hecho tragarnos más de una hora de "humor" sí es que así puede llamarse de reiteración, absurdismo y un montón de clichés y comida catalogada por nacionalidades/culturas/religiones que en un intento de gracia llega a ser realmente insultante.

No la recomiendo, no la recomendaría, y dios me libre de tener que tragarme otro bodrio como este.
Pero bueno, aquí hay dos bandos. Los que simplemente la adoran, y los que simplemente nos parece una catástrofe. Quizá los primeros estén muy atados a sus 15 años, y los segundos estemos muertos por dentro. Pero desde luego, para venir a ver estas mamonadas, conmigo no contéis.