Lo dicho. Una trama soberbia. Una capacidad de hilar acontecimientos complejos (aunque cotidianos) de una forma muy fluida. Una multicrítica a numerosos temas: a la realidad de la TV, a la hipocreía de la socidad, a la fama, a cómo se valora el talento, a que si una persona muere no por ello tiene que ser ser la mejor persona del mundo -puede morirse un gilipollas y seguir siendo gilipollas-, a la vergüenza, a los tubúes sexuales, a no tener lo que hay que tener para hacer lo que hay que hacer a veces en la vida... Hasta a la misma inteligencia.

No entiendo cómo esta película no salió en la cartelera española. Me parece una de las mejores películas de humor negro que se pueden encontrar hoy día. El director, sublime (que por cierto, hace un cameo, fijáos bien si la véis). El guión maravilloso, que mezcla la cotidianidad con lo más rocambolesco - la realidad supera a la ficción dentro de la misma ficción en toda la película.

Algo a destacar especialmente a nivel cinematográfico sería la mezcla de técnicas del minimalismo sucio (frivolidad, frialdad simbológica, paisajes y fotografía cotidiana que parece sin etalonar,...) con la fantasía cinematográfica más onírica en algunos puntos de la película para representar emociones y momentos precisamente emocionalmente enrevesados, sin perder el estilo frío y aséptico que tan extraño es en las películas modernas, que sólo buscan ser "porno emocional" sin sutancia. Todo ello cuidando hasta lo más profundo el ritmo de la historia para que pase lo que tiene que pasar en el momento preciso y sin perder tensión narrativa para que el especatador tampoco se duerma, cosa que se descuida mucho en el cine de autor algunas veces.