Christopher Cross es un completo infeliz, fracasado y tímido cajero, sus días son tan deprimentes que se averguenza de ellos. Muy honesto, se preocupa constantemente en complacer a los demás; siempre triste, tan sólo se divierte pintando cuadros, tanto, que no quiere venderlos, simplemente pintarlos, como afición, como arte. Un extraño día conoce a Kitty, una cara opuesta a él, sin vergüenza pero seductora joven, sueña con fortuna. Ésta, acompañada de cruel mentira y brutal maldad, seducirá a un inocente y honesto cajero para arrebatarle su poca fortuna. Fritz Lang nos deja una de las mejores películas de la historia de éste género en la cual se presencia continuamente estas verdades humanas: la farsa y la maldad, ¡en todos los personajes! ¡todos serán malos! No obstante, su gran dirección al mando de éste gran director produce que cada secuencia transmita conmovedores sentimientos: amor, intimidación, miedo, táctica... Sus diálogos son imprescindibles. Un gran ejemplo para aprender sobre la crueldad humana. Indiscutible obra maestra.
PD: Esos primeros seis minutos, ¿se puede dirigir mejor?