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España España · Sunset Boulevard
Voto de Cineaste:
5
Ciencia ficción. Drama Durante una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney es dado por muerto tras una terrible tormenta y abandonado por la tripulación, que pone rumbo de vuelta a la Tierra. Pero Watney ha sobrevivido y se encuentra atrapado y solo en el hostil planeta rojo. Con suministros escasos, deberá recurrir a su ingenio y a su instinto de supervivencia para encontrar la manera de comunicar a la Tierra que sigue vivo. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2015
145 de 205 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llega el otoño y tras "Gravity" e "Interstellar" nos enfrentamos a una nueva aventura espacial que promete dosis diferentes de ciencia ficción apoyada en una historia de superación humana, sugiriendo un cocktail excitante. Además, Ridley Scott regresa al espacio tras "Allien, el octavo pasajero" y quieras que no, se convierte en un aliciente especial, copa y puro garantizados. A la fiesta, pocos faltan. La sala está a reventar y piensas que va a saltar la banca por los aires con una taquilla espectacular, no siendo para menos. Pero de resacas no vive el hombre y sales del cine apestando a “Exodus” y “Prometheus” mezclado con garrafón del bueno, en forma de inversimilitudes más grandes que las del guión de “Gladiator”.

La película comienza de forma precipitada, y sabiendo de antemano que dura dos horas y media, piensas que vas a ver “Naufrago” y la cosa se pone seria. Pero no. Resulta que empiezas a ver una especie de comedia, donde un tipo abandonado a su suerte se lo toma todo a cachondeo. Pero no estamos hablando de un tipo cualquiera, para nada. Hablamos del mayor manitas conocido desde MacGyver al que sus habilidades y un cúmulo de circunstancias azarosas le ponen en bandeja una supervivencia practicada a modo de juego. El tipo es tan fino que empiezas a pensar que con un chicle y una navaja te levanta un centro comercial en Marte mientras lo anuncia por todo el universo.

Pero más allá de que te sorprenda la cantidad de cosas que Mark Watney es capaz de hacer de buen humor, tienes que añadir un descarado peloteo a la NASA que bien es cierto cede bastantes derechos de imagen, porque claro, son tan trasparentes… y finalmente la rabia te consume cuando compruebas que todos los casos se resuelven de manera tan quijotesca, que a veces no terminas de creerte que pretende ser un film serio. Te agarras a que visualmente te agrada y que la música parece motivarte, pero entonces ya es demasiado tarde para que te despierte emociones. Concretamente, 142 minutos después.
Cineaste
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