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España España · Sunset Boulevard
Voto de Cineaste:
6
Drama Al morir sus padres adoptivos, Hortense, una joven negra que vive en Londres, siente la necesidad de conocer a su madre biológica, la cual la dio en adopción nada más nacer. Cuando por fin la encuentra, resulta ser una mujer soltera que trabaja en una fábrica. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2017
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Secretos y Mentiras encarna el mejor largometraje del británico Mike Leigh, y posiblemente, la cinta más completa del año 1996. El gran acierto de esta película es lograr transmitir, bajo una dirección ágil y eficaz, la cotidianidad de la vida sin excentricidades. Las diferentes historias que nos plantea, son encauzadas en un formato ligero y entretenido, yendo directamente al grano, sin perderse en divagaciones melodramáticas en la densidad de una trama que bien podría haber invitado a ello. Por ello, estamos ante un producto bien acabado, que no empalaga pese a emocionar, que toca la fibra desde una óptica realista y objetiva, y cuyo eje fundamental para convertirse en una gran obra es invitarnos a la reflexión.

"Querías saber toda la verdad, con todas sus consecuencias y por ello te admiro", se escucha en el tramo final de la película...una reflexión que nos plasma el objetivo de la misma, donde más que valentía, parece una invitación a la insensatez, hacia lo osado y peligroso. Y por esos derroteros se conduce un guión inteligente, sencillo y audaz, reflejando los hechos sin los adornos que sí logran transmitir los personajes, que como todos nosotros, están acostumbrados a lucir una capa invisible de superficialidad, de aparente bienestar en una máscara de estilo social aceptable. En este mismo marco destacan las interpretaciones de Timothy Spall y Marianne Jean-Baptiste, aunque el resto del elenco pese a mostrar la naturalidad que exige el film, parece altamente mejorable, sobre todo la figura de una madre demasiado excéntrica y sobreactuada por parte de Phyllis Logan.

Personalmente, creo que la sinceridad está altamente sobrevalorada, que cada uno se tiene a sí mismo y querer dar lecciones de moralismo y ética basados en "haz lo que yo diga pero no lo que yo haga", es un destino escrito para terceras personas, cuando no debería importarnos. Incluso, creo que Leigh juega con ello de una forma sutil: Hortense, es aceptada de buena gana debido a su condición social (aunque parece poco creíble que ella no tenga ningún reproche) y deja en el ambiente la frase "la verdad no hiere a nadie" mientras la cámara se aleja en una conclusión que se parece a cualquier cosa menos a un "happyend". Pese a ello, la película trata de ser demasiado optimista al respecto, cuando realmente, la verdad absoluta sobre nuestras vidas se va a la tumba con todos nosotros. No obstante,si eres de los que siempre están buscando abrir el último cajón del desván, remover la basura y levantar el polvo, esta es tu película.
Cineaste
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