Una familia trabaja en un circo; padre, madre y un hijo. Su difícil dinámica familiar los conduce a una tragedia terrible, que es como una explosión, un terremoto emocional, es una catástrofe de tanta magnitud que perdura a través de mucho tiempo, provocando muchas complicaciones dolorosas.

Bellísima obra de arte, de profundidad psicológica y espiritual impresionante. Se puede ver varias veces para saborearla, y beneficiarse con la iluminación que brinda. Porque, puede ser curativa. Puede ser un sueño lúcido.
Hermosa fotografía, buen soundtrack, historia ágil, guion perfecto.

Lo que muchos llaman “sin sentido”, en realidad tiene demasiado sentido, ¡es lo que más tiene! pero solo es accesible para personas muy sensibles, y conscientes, sería mejor apreciada si el espectador tuviera algún interés en arte, simbología y psicología. Una joya sacada de una dimensión invisible para los ojos físicos. Hace visible lo invisible del alma, de un modo precioso.
Hay que verla con calma y mucha atención.

Advertencia: Hay un par de escenas que tal vez sean demasiado fuertes para algunos, pero solo tápense los ojos, no se la pierdan por nada.

Muchas gracias Jodorowsky. Mis respetos.