- Historia muy realista, ágil, que provoca reflexiones sobre la violencia cotidiana; el estrés que sufre el protagonista (M. Douglas) ante esos pequeños abusos cotidianos con los que todos tenemos que lidiar en las urbes, a los que ya estamos tan acostumbrados, que los tomamos como normales.

- Un día de furia, es un día normal lleno de agresiones normales, muchos elementos, como el guión, evidencian y sensibilizan sobre este tema. Las auto nombradas “personas normales” muchas veces llamamos normalidad a lo que es estar desensibilizadas. El protagonista tiene esa dificultad para desensibilizarse (o guardar compostura normal), el pobre hombre esta, digamos, muy sensible… como un gatillo que dispara al menor roce.

- Actuación muy buena, creíble, conmovedora, el protagonista provoca empatía, y tal vez hasta simpatía. Y es que tiene razón, en lo que dice, y no lastima a nadie que no se lo haya buscado.

- Película llena de mensajes muy interesantes, sería demasiado extenso detallarlos todos.

- Un punto muy bueno del mensaje: Hay que ser un poco más amables, menos agresivos, optar más por el diálogo, ser más flexibles, humanos y razonables en nuestro trato.

- Imagino a Bill reprendiendo a los que no saben apreciar su película.

Calificación 10