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España España · La Coruña
Voto de Ocelot:
1
Acción. Drama. Thriller. Fantástico. Terror. Ciencia ficción El grito de Izo resuena en el lugar de ejecución, donde acaba de ser crucificado acusado de un asesinato. Muere, pero deja una profunda maldición. Su alma no puede ir al cielo ni al infierno, y quedará flotando en el espacio y el tiempo. Años después un vagabundo aparece entre los edificios. Es la reencarnación de Izo y tiene un claro objetivo: matar... (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2011
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial película del realizador japonés Takashi Miike, indiscutible obra maestra de nuestro tiempo, y del vuestro también, que haría palidecer al mismo Luis Buñuel. Con unas actuaciones que rozan la maestría, incluido el mejor papel de Takeshi Kitano en toda su carrera, y destacando en especial la excepcional interpretación del hermano bastardo perdido de M.A., el negro obeso de cabeza rapada, la verdadera estrella del filme y uno de los mejores actores de las dos últimas décadas del cine mundial. Y si me apuras, de las tres.

La película toma lo mejor del mejor David Lynch de siempre (el de Dune, por supuesto) y con una fotografía impresionante y un guión que sería la envidia de Alfred Hitchcock va desarrollando una trama del mejor cine de acción... ¿o es comedia? Bah, qué más da, como Miike es indiscutiblemente un genio, va desmembrando el guión con una historia absolutamente kafkiana donde además encontramos sin duda reminiscencias metafísicas de Freud, Bergman, Nietzsche y Chiquito de la Calzada. Todo aderezado con una banda sonora espeluznante y muy metafísica también animada a ratos por el fulano del sombrero, el gran [insertar nombre], el primer cantautor del mundo en actuar bebiendo vino mientras sufre electroshocks para dar mayor intensidad a su directo. Otro genio, vamos.

Lo mejor de la película: las excepcionales escenas de lucha con katana (que dejan por los suelos las del mismo Kurosawa) con frases sueltas de libro de filosofía de primero de E.G.B. del tipo:

-Tuerto del bate: ¿Por qué tú eres tú mismo? -chuleando- ¿¿Eh, qué contestas a eso??
-Izo: Dime, ¿por qué motivo eres tú, tú mismo?
-T. del B.: Genial... ¿eres tonto o qué?
-Izo: Sí (no lo dice, pero queda implícito en su mirada).

Sublime.

El final, sin palabras. Miike le da un nuevo sentido a la expresión "dar a luz", mientras nos regala una conclusión del todo sorprendente e inesperada. Por supuesto, eso tiene su propio significado oculto que sólo los más aptos, inteligentes y frikis de los filmaffiniteros conseguirán descifrar. O eso creerán. Porque al final, después de más de dos horas de metraje, lo único que nos queda son esas reminiscencias filosófico-existenciales que destila la película. O quizá sean los restos de la maría que Miike se dejó sin fumar. Qué más da. ¡¡Un genio!!, ¡Eso es lo que es!
Ocelot
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