Polanski interpreta al personaje principal de forma correctísima y nos conduce a través de su propia condena por un camino repleto de situaciones sofocantes. Me ha sorprendido enormemente la atmósfera que es capaz de crear, ya no sólo en ese edificio (¿tan mal estaba la vivienda también en esa época como para no poder buscar otro sitio?) sino también fuera. Los numerosos y extraños personajes secundarios que va encontrando durante ese agobiante peregrinaje son tan destacables como las situaciones dadas. Polanski mantiene un ambiente en el que no deja respirar. La rareza de esta película consiste en que el terror se administra a base de agobio, no tanto de sustos, juega con el espectador dosificando la asfixia que sufre el personaje que él interpreta de manera que me la ha acabado transmi¡tiendo a mí hasta ese final (Spoiler)

La historia es previsible, pero el "cómo" es lo que acaba perfilando el valor final de cada película. Polanski lo hace a su manera, es raro, es su estilo (son lógicas las comparaciones con La semilla del diablo) y consigue que estas dos horas sean buenas de verdad. Muy recomendable para los seguidores del género.