No hay papel de peso para ninguna mujer, y los hombres (hombres por género) son todos unos desquiciados (maricones por supuesto, eso siempre) y hacen gala de alguna desviación insana. La película solapa personajes desequilibrados que van y vienen según una historia que se retroalimenta de sucesos ocultos, todos alrededor del muchacho Ignacio, a medias entre el presente continuo, las mentiras del pasado, flashbacks y la realidad misma. Almodóvar desgrana los hechos de forma original, pero todo lo demás no es nuevo en él, se ha visto demasiadas veces y no puedo decirlo más claro: hay demasiados homosexuales, sencillamente hay demasiados.

Hacer un comentario de este tipo no supone homofobia, pero es que tampoco estoy a favor de los abanderados de la prohomosexualidad, cada uno con lo suyo sin ofender y yo, en "La mala educación", sólo he visto homosexuales de todo tipo: curas, travestis, afeminados... ¿Lo que vivió el director en su Castilla natal? Pues a mí me ha hartado ya, porque Almodóvar puede que sea un tío sin complejos, pero por ello no habrá que aplaudirle siempre. "La mala educación" da demasiadas vueltas y aunque tiene un final de incuestionable potencia no se trata de una gran película. Por cierto, Fele Martínez, al que muchos aplauden, para mí sigue siendo igual de buen actor que mi vecino del quinto, es decir, una nulidad absoluta. Y Gael García en su rol de femme fatale (no haré bromas al respecto, son demasiado fáciles) es otro desastre.