Haz click aquí para copiar la URL
Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
6
Drama Irlanda 1922. Traición entre amigos para un conocido filme de Ford. Rodada en apenas 3 semanas. En el agitado Dublín de los años veinte, Gypo Nolan, un tipo sin oficio ni beneficio, expulsado del Ejército de Liberación Irlandés y con tendencia a empinar el codo, sueña con viajar a Estados Unidos en compañía de su novia, Katie, que se gana la vida como prostituta. Animado por la recompensa que ofrecen las autoridades, Gypo delata el ... [+]
15 de junio de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mayor acierto de "El delator" es que el espectador acabe sintiendo compasión por su protagonista, de manera que es posible olvidar que se trata de una persona que ha cometido una imperdonable falta y el corazón humano que todos tenemos haga que sintamos pena por él. ¿Esta indiscutible sensación (al menos para mí) es mérito del director?; ¿tal vez es mérito del actor? Cuando el debate es inevitable será por algo, así que yo lo dejaría al cincuenta por ciento, mitad mitad.

John Ford en ese temprano 1935 ya tenía bastante experiencia y sabía bien lo que hacía, mientras que a Victor McLaglen no se le debería protestar una hipotética sobreactuación, para mí sencillamente hace bien su trabajo. Las nominaciones, los premios y esas cosas, mejor que lo pongan en duda otros, yo de "El delator" extraigo cosas buenas, como esa ciudad sumida en la noche, atrapada en la niebla, vacía, con el ruído de los adoquines como alarma de que alguien anda cerca. Si las imágenes nocturnas de esa ciudad irlandesa no están influídas por el expresionismo alemán es que a estas alturas de aprendizaje no he avanzado nada...

También hay cosas malas, desde luego, y la principal es que la imagen del irlandés parece demasiado grotesca. No sólo lo digo por nuestro desdichado protagonista, me refiero también a la conducta de los componentes del ejército republicano rebelde, cuyos miembros tienen que echar a suertes quién deberá ser un verdugo. Estoy convencido que en los años menos convulsos para pegar un tiro en la nuca sobraban voluntarios y sin embargo aquí, a la hora de ajusticiar a un chivato, a todos les tiemblan las manos. Hay otro contrapunto negativo, y con esto acabo, que planteo con las siguientes preguntas: ¿no hay cierto tufillo de principios católicos?; ¿no hay un Judas?; ¿no hay una expresión de misericordia religiosa?; ¿tenemos que sentir pena por el chivato porque tenemos que ser buenos cristianos o porque somos humanos? Allá cada uno con lo que tiene dentro, lo que es impepinable es que la película viene del interior de Ford.

Entiendo que las intenciones no son malas, pero al fin y al cabo lo que cuenta es que el pobre delator es un cacho de carne, un borracho siempre que puede y que se mete una juerga en una noche como nunca se había metido antes. Se le puede acusar de imbécil integral, es lo que tiene la falta de inteligencia y al menos eso, no lo podemos negar, John Ford lo retrata a la perfección.
Luisito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow