La irregular historia de Richard Lester se aproxima a diferentes contenidos de diferentes formas, de tal manera que es posible quedarse a medias, como me ha sucedido a mí, al pensar que estuvo cerca de lograr algo grande y que se quedó finalmente en un apreciable título, poco más que simpático.

Hay aventuras, desde luego, con un tal Sean Connery haciendo de Robin Hood no podía esperarse menos. Sin embargo son muy humanas, son despliegues físicos muy reales. Si intentan escalar un muro lo hacen despacio porque en realidad esas cosas no se hacían a la velocidad de la luz, igual que las luchas, no son de espadazo y que pase el siguiente, hay en todo el conjunto de la acción un reflejo real, posiblemente como lo que hubo en la edad media, y eso puede gustar o no pero al menos es diferente. Otra cosa es el humor, las ironías que usan los personajes y su manera de hablar, en verso y mundano a la vez, cosa rara.

Lo que destaco por encima de todo, como la mayoría de usuarios es esa historia de amor que eleva la película más allá de un simple pasable, y para los que les guste la forma de tratar la acción y ese tono de humor ya tenemos la perfecta película semidesconocida que a todos les gusta ofrecer como obra maestra. Esto del cine es muy personal. Yo me quedo con ese amor verdadero, intermitente, lleno de luz y sensibilidad inaudita, cuando se dicen las cosas se las sueltan como es, con el grado emocional exacto, como tirar una flecha por la ventana, como decir que no te he olvidado nunca, que tu lugar está aquí dentro de mi pecho, como galopar por los prados verdes, con sinceridad y orgullo, amar cuando sea, hoy o en la edad media.