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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
9
Drama Una pequeña ciudad eslovaca, año 1942. El humilde carpintero Anton Brtko (Jozef Króner) intenta llevar una vida apacible ignorando a los seguidores de los nazis, que tratan de imponer su disciplina a la comunidad y erigir una absurda pirámide de madera en honor a la victoria. Sin embargo, las reprimendas de su esposa Evelyn (Hana Slivková) y las burlas de su cuñado Markus (Frantisek Zvarík), un caudillo fascista local, no le permiten ... [+]
20 de febrero de 2014
25 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la antigua Checoslovaquia (ignoro si desde la actual Eslovaquia o Chequia), "La tienda de la Calle Mayor" acaba de situarse entre las mejores películas que he visto en mi vida relacionadas con la maldad de la política de exterminio llevada a cabo por los nazis durante la IIªGM. Las calamidades de los hechos son un tema que ha parido grandes películas, algo que se debe por supuesto a que producen en el espectador una tristeza y un desasosiego inevitables. Esta película me ha impresionado tanto como la que más, pero si la coloco en un estante diferente y apartada del resto es por sus brillantes peculiaridades.

En lugar de hacer daño desde el principio, con lo fácil y resultadista que ha sido a menudo, "La tienda de la Calle Mayor" empieza como película de contenido de humor negro, con mucho cinismo y sin la más mínima pizca de sentido trágico del contexto. Se nos es presentado un hombre vulgar, carpintero para más señas, cuya particular posición apolítica lo hace más atractivo, se trata de un hombre cuya principal problema es aguantar a su mujer, una verdadera losa. Pues bien, empezando así, con ese retrato del sencillo protagonista, es como se consigue que lo que viene después valga más la pena, que se sienta y se sufra más, que emocione más, a través de un drama (más bien tragedia) que todos hemos visto en otros sitios tantas otras veces y que aquí se vuelve original.

La maravillosa relación que se establece entre el "arianizador" y la abuelita judía es a la vez tierna y cómica, es una imposición de la ley, es una perrería, y a medida que avanza la película y se desatan los hechos, de la misma manera que avanza la construcción de ese lamentable monumento a Hitler, la vida y la muerte entran en juego en esa relación amistosa. Es terrible la sensación de desasosiego que produce esta película en su parte final, es de las cosas más incómodas que he visto nunca. Y si es así, digo yo, será porque está muy bien hecha...

El jodido holocausto es una mancha negra en la historia de la humanidad y en esta película se denuncia tal como fue, lo que sucede en ese pueblo de Eslovaquia sucedió realmente, el que era judío no tenía futuro y su aniquilación era cuestión de tiempo. Ante ello sólo unos pocos valientes hicieron frente, muy pocos ayudaron a su vecino, la vida es la vida. Este cruel dilema se nos plantea a carne viva y lo sufre la conciencia de nuestro carpintero, propietario eventual de una tienda, que padece la dura obligación de tomar una decisión.

Pocas, muy pocas como "La tienda de la Calle Mayor". A esto lo llamo cine de calidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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