Al que le guste el cine negro, con independencia del país de origen, va a quedar atrapado con el arranque de "A todo riesgo". Su primera media hora es espectacular. Empieza tan bruta que es difícil creérselo y claro, cuando llega la hora de pausar y tomar un nuevo rumbo ahí aparece como de la nada Belmondo para darle otro aire a la aventura que vive Lino Ventura. Porque, que quede claro desde este momento, el verdadero protagonista es Ventura, hombre de espaldas anchas y rostro cuadriculado. Sus seguidores quedarán absolutamente satisfechos con esta película, brilla como es de esperar, haciendo de delincuente como otras veces. De verdad lo digo, lo que se ve al principio de la película es exagerado, hasta ese tiroteo en la playa es para no pestañear, para no olvidar.

Lo que viene después hasta el final es sumar y sumar, no es que vaya para abajo, simplemente toma otro rumbo. Y el que quiera llamarlo cine polar que lo haga, son franceses y en lugar de whisky beben vino blanco. No importa la banderita, es cine de calidad. El que vea las escenas con los niños lo entenderá.

Es cierto que se echa de menos unos antagonistas que aporten un contrapunto, tal vez en forma de policía con cara y ojos. Sí nos son útiles esos antiguos amigotes reformados, excriminales aburguesados a los que Ventura no va a perdonar su pasotismo. La venganza está escrita en sus ojos, es justa y merecida. Nada que reprochar, casi un diez.