El abuso de primeros planos del protagonista sumado a su incesante verborrea me han acabado de hartar más de lo que creía en principio. Hay algo que tengo clarísimo, de la extraña explosión de creatividad que se produjo a finales de los años 60 en Checoslovaquia el cine se benefició con una serie de títulos imprescindibles. Por lo visto "El incinerador de cadáveres" es uno de los máximos exponentes de la llamada "nueva ola checoslovaca", una película que demuestra que esta gente estaban muy avanzados, que innovaban, que eran originales y que no tenían miedo a hacer cosas nuevas. Yo no puedo defender demasiado una película que me ha acabado hartando, que me ha dejado frito, lo único bueno que puedo decir es que es original, pero la verdad, cuando ha llegado el final me he sentido aliviado.

Mientras unos sienten fascinación, yo a medida que avanzaban los minutos me he despegado más. Las atmósferas que crea la película son buenas porque son raras, eso es cierto, la película vive de ese agobio que produce, de la extraña obsesión del protagonista con su oficio, con elementos que no se entienden como ese libro del Tíbet... Pero para mí eso es insuficiente. Su surrealismo me ha parecido poco efectivo, en lugar de hacer gracia lo que intenta sugerir me ha producido indiferencia. Y sobre todo, ya lo diré para acabar, la desaprovechada idea de la ascensión del nazismo en Checoslovaquia, cuestión que no creo que se exprima como debería. Una lástima, esperaba más.