Si le pones muchas ganas y tienes el día benévolo puede que viajes al Perú de la mano de Charlton Heston y veas una película de notable, por aquello de estar viendo cine clásico, por ver a una fuente inspiradora de Indiana Jones o porque nos dicen que es cine de aventuras y nos subimos al carro. Hay cuestiones con las que sí estoy de acuerdo y que me parecen muy acertadas, como ciertos momentos con buenos diálogos. Pero el personaje de Heston está realmente a años luz de un carácter que cautive: ese tío es un machista, un chulo que se hace insoportable, un interesado y un egoísta. El que quiera ver aventuras y amor, si quiere verlo lo verá porque sí, pero yo lo pongo rotundamente en duda.

Si el espectador es un poco exigente (ya no diré que sea objetivo, porque eso hasta es discutible) estará de acuerdo que de visitar las montañas del Perú, Cuzco y el Machu Picchu, se podría haber sacado muchísimo más. La culpa será del director, digo yo, que no aprovecha el potencial que tenía entre manos, ya que aventuras bien pocas, y la mezcla de ir en busca de un tesoro, ir de aquí para allá, flirtear con la chica de turno e incluso transformar tu esencia, acaba dando como resultado algo totalmente descafeinado.